martes, 30 de septiembre de 2008

Ética universitaria

Uno de los temas que más me agradan es el de las Universidades, soy de quienes piensan que la educación es una alternativa para todo mal. El profesor de la Universidad Autónoma de Coahuila, José María González Lara, publicó el libro Ética y política universitaria, que son como lo dice en el subtítulo, comentarios en torno al quehacer político en la universidad pública. Y ya al menos en el prólogo deja ver lo que será una constante de ideas por venir, pues tiene claro que:

“El compromiso universitario es la permanente transformación de la sociedad hacia niveles de organización cada vez más justos, equitativos y democráticos”.

Dejemos que la lectura siga y que el análisis fluya, dejemos que las ideas en todas las universidades cobren vida. Se requiere como país, ese impulso. Por eso no entiendo los recortes presupuestales a al educación.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Maridos

Nacida en Puebla casi a mitad de siglo, Ángeles Mastretta es una escritora de referencia, conocida y reconocida, que si bien algunas voces han señalado que es más la fama y la gracia pública las que han acompañado su andar en la literatura mexicana, cierto y justo es decir que su más reciente trabajo, Maridos, llega como muestra de una literatura labrada con paciencia, pulida con pericia, diseñada con gracia, que se nota y se transmite.

Se percibe a una autora que se divierte, que intenta cosas diferentes, entrelaza historias breves (algunas de apenas cuatro líneas de vida) con otras de mayor alcance, donde el eje conductor es la vida como acción común, tan común que puede pasar inadvertida, y de allí que la autora tome la imaginación tanto propia como del lector para deambular zigzagueando por las peripecias de las mujeres jóvenes, recién casadas, divorciadas, viudas, ancianas, con la similitud que a todas les ha tocado algún marido.

La autora de Arráncame la vida teje en sus tramas un camino y, sin previo aviso, quiebra la esquina, sorprende, alegra el guiño, un guiño cincelado, bien hecho que nace de Julia Corzas (¿el femenino de Julio Cortazar?) al abrir la puerta a su tercer marido, y dejar pasar no sólo el halo que refresca los recuerdos, sino también la extraña estela que la anima a contar historias.

Justo es decir que la parte menos lograda de la obra son las narraciones conocidas como minificciones, pues a veces de no trabajarlas bien caen tan sólo en una especie de broma o chiste mal contado, su fortaleza por el contrario recae en las tramas con vuelo, si bien todas en general resultan ser breves, en las que logra dibujar los escenarios completos es donde mejor se desenvuelve.

Allí está buena parte de la factura más alta de esta escritora, en la procreación de elementos, en la lucidez de sus emociones mentales, el recuerdo al servicio de la nostalgia, así como de personajes que se acomodan a ella, porque ella se ha dado a la tarea de ubicarlos, cortejarlos y cotejarlos.

Este es el inicio de un texto que me publicó amablemente la revista Crítica, si desea el texto completo favor de solicitarlo.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Sobre Olvidos de segunda mano

A finales de 2006 apareció mi libro Olvidos de segunda mano, pero fue hasta agosto de 2007 cuando lo presenté en la Ciudad de México, amablemente mi colega Ricardo Muñoz Munguía, de la revista Siempre escribió y publicó esta semana una reseña que deseo compartir a la par de agradecerle:

A la memoria de José Luis Mendoza Rodríguez.

El poeta abre las puertas para que el lector se encuentre con un enorme horizonte donde las imágenes abundan desde las primeras páginas hasta el ocaso del libro. Es el caso de Olvidos de segunda mano, de Rafael G. Vargas Pasaye, en el que la ciudad cobra presencia “La ciudad es la dama/ que acompaña tu voz./ Es el brillo de la noche,/ una termita en madera/ y el anzuelo/ de la muerte.” Así pues, también la noche con sus difuntos y sus fantasmas, con sus perros callejeros y sus aviones, a pesar de que “En la noche/ no pasa nada:/ de hecho, sólo camina el vacío”.
Dividido en cinco apartados (Imprecisiones sentimentales, Olvidos de segunda mano, Dama citadina, Tenues voces conocidas y Tempestades), Olvidos de segunda mano por igual permite al lector apreciarlo en un solo cuerpo. De sus páginas nos encontramos en la intimidad del escritor, donde se vuelcan sus figuras y finalmente se delinean a lo largo del volumen.
Rafael G. Vargas Pasaye (Ciudad de México, 1980), egresado por la UNAM en la licenciatura en Ciencias de la Comunicación, es ante todo, afortunadamente, un lector que no se queda conforme, un crítico con todas sus letras, como se puede constatar tanto en estas páginas de La Cultura en México así como en otras publicaciones culturales. También ha sido docente tanto en la UNAM como en la Universidad del Distrito Federal.
Insisto que Olvidos de segunda mano es un poemario en buena medida íntimo, en el que el dolor, la mujer, el padre son los ecos que parecen tomados del lugar interior donde poco nos alcanza el ánimo para enfrentarnos. Sin embargo, Vargas Pasaye enfrenta esas voces para, en cierto modo, sanar, sanarse y, por otro lado, acude a su quehacer poético para darle forma, aunque la imagen parezca nacer de sombras: “El amor de mi vida/ carece de nombre,/ puede iniciar con vocal/ o terminar en consonante” o “No estás.// hojas en blanco,/ pues mi mejor frase/ es compañera/ del silencio”.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Palabras de Carlos Fuentes

Tres discursos para dos aldeas, es un título de Carlos Fuentes que registra tres discursos pronunciados en diferentes momentos: uno fue con motivo de la entrega del Premio Miguel de Cervantes 1987, en al Universidad de Alcalá de Henares, el 21 de abril de 1988; el segundo es el discurso que leyó en la sede de la UNESCO en París, Francia el 14 de mayo de 1991; y el tercero es el discurso pronunciado durante el Coloquio de Invierno el 10 de febrero de 1992 en el Auditorio Alfonso Caso en nuestra Ciudad Universitaria de la ciudad e México.

Del primero rescato la siguiente cita que nos viene bien en esta época de incertidumbre como país, como sociedad, como ciudadanos, como pueblo de México:

“México es mi herencia, pero no mi indiferencia; la cultura que nos da sentido y continuidad a los mexicanos es algo que yo he querido merecer todos los días, en tensión y no en reposo. Mi primer pasaporte –el de ciudadano de México- he debido ganarlo, no con el pesimismo del silencio sino con el optimismo de la crítica”.

Que sirvan también estas palabras de Carlos Fuentes para expresar mi indignación por lo ocurrido con nuestros hermanos en Morelia, Michoacán, mi tierra, mis raíces, mi familia, que no merecían dos bombas y hacer del grito de alegría, uno de dolor que penetra.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

El accionista mayoritario


El accionista mayoritario es un libro constituido de tal forma que su lectura va envolviendo, gana terreno de a poco, consume, y cuando uno se da cuenta ha avanzado más que en el resto de sus lecturas comunes. Además, en el caso de esta obra de Petros Márkaris (Estambul, 1937) se recuerda más la trama, los personajes (no así del todo sus nombres pues su origen griego los hace poco familiares) y se celebran los nudos y las buenas escenas.

Quizá no sea tan atrevido calificar este libro como una novela cercana. Su autor recurre de nueva cuenta al comandante Kostas Jaritos (el cual ha visto a luz en libros como Defensa cerrada y Suicidio perfecto, entre otros) quien ahora enfrenta el terror al dos por uno, y en ambos tiene que salir avante, pues se trata de su trabajo, pero también de su vida, de su familia, y en medio de todo se da tiempo para la sagacidad, el pensamiento, el humor, el amor-odio. Por ejemplo se pregunta a sí mismo, luego de años de vivir con la misma mujer que quiere: “¿Cómo puedo explicarle la diferencia entre aquellos tiempos, cuando nos daba miedo que el otro nos plantase, y ahora, en que uno teme que el otro no le deje nunca?”

Esto se da en el marco, primero, del secuestro del barco El Greco con cientos de personas a bordo, entre ellos Katerina la hija del comisario, y su prometido Fanis. Y segundo del inicio de una ola de asesinatos en Atenas de alguien que está en contra de la publicidad en los medios de comunicación y por ello ha decidido tomar cartas en el asunto, y como las amenazas no bastan, los asesinatos toman a los reflectores por la fuerza.

Al enterarse de la noticia del secuestro de la nave, el comisario y su mujer se dirigen al lugar de los hechos. Por su posición laboral le es fácil a Jaritos entrar a los lugares donde se toman las decisiones, pero su voz en este caso no cuenta mucho, su apoyo no puede ser mayor. Empieza el desfile de personajes que le darán movilidad a la trama, como lo es su jefe, de nombre Guikas, hombre que le da su espacio para trabajar, que lleva años en esa posición y que hasta ahora no ha tenido mayores dificultades.

Las elucubraciones sobre quién se ha apoderado de la embarcación y sus tripulantes empiezan a ser disipadas de manera lenta (en este trajín interviene Parker, un enviado por el FBI, con quien trabajó Kostas en las olimpiadas del 2004). Se piensa en extremistas, en guerrilleros, pero se sabe por fin que son griegos que apoyan una causa pasada y ahora intentan sus cinco minutos de fama.

El ritmo que llevan las acciones del secuestro es manejado a la perfección por el narrador. Liberar a la hija consume los capítulos necesarios, los diálogos se notan naturales, la concepción del tiempo es una jugada a favor del escritor. Recorre de manera suficiente los sesenta minutos del reloj, la hora de la siesta, la del miedo, la de la angustia, pero sobre todo la de la intriga. Con el deseo a flor de piel uno sigue la búsqueda en la página siguiente.

Además, cuenta a su favor con el aderezo del humor, que no pasa de largo, sino que roba de manera natural una sonrisa cómplice: “Nueve de cada diez griegos, cuando les pides algo por favor, te dicen «Imposible». Pero si les insultas y amenazas, vienen corriendo detrás de ti y te ruegan que les dejes hacer lo que les pedías”.

Otros elementos que le dan un toque de agilidad y de apoyo en los cambios de ritmo son los subalternos y compañeros de trabajo de Jaritos, así como los infaltables periodistas (digna de mención la entrevista con la esposa del comisario cuando su hija está secuestrada), un ministro preocupado más por su imagen que por su trabajo, accionistas de medios temerosos en mayor medida por la caída de sus ventas que por los posibles asesinatos.

Además, entre líneas Petros Márkaris deja caer la crítica a una época contemporánea que se vive en Grecia, disfraza en frases que parecieran simples, lo que es una carga mayúscula de coordenadas posmodernas: “La televisión es a la familia moderna lo que el brasero era a la antigua”. Todo ello en una especie de fotografía de Atenas después de los Juegos Olímpicos de 2004, y cómo sus instalaciones ahora han perdido el brillo para volverse tan sólo un recuerdo en el mejor de las circunstancias.

Ambos casos policiacos (el del secuestro de El Greco y el asesino de quienes tienen que ver con la publicidad) guardan relación, y lo mejor de la historia no es el desenlace sino el camino para llegar a él. En ningún momento el comandante Kostas Jaritos se da por vencido, se siente humano, héroe moderno y anónimo, con la carga emocional de llegar a casa para cenar con su mujer, de soportar las dudas de la hija, de tener un jefe que a veces titubea, de contar entre sus conocidos con gente que antes le hubiese debido la vida. Eso lo hace más cercano.

Su comportamiento es de una altura significativa, sus pasos, aguantar humillaciones, saberse traicionado por su misma gente, ver que otro logra crédito por un trabajo totalmente suyo. Soporte, aguante, resistencia que lo hace un buen elemento de seguridad, pero sobre todo en una buena persona.

El accionista mayoritario pide y exige lectura total, completa. Es una obra que deja huella, que gusta, que está construida con fondo y forma. Incluso, es un libro de esos que dan ganas de prestar para que otro lo lea y luego platicar sobre las elucubraciones que nacen, se angustian y desfallecen.

Petros Márkaris, El accionista mayoritario. Tusquets editores, México, 2008; 365pp.

Texto aparecido en la revista Siempre¡ de esta semana.

viernes, 12 de septiembre de 2008

¿Grandes hits?

Hoy viernes 12 de septiembre leo las páginas de la sección “Sociedad, cultura y tecnología” del diario El Universal, y me encuentro con el artículo Pesca de lecturas de Julio Aguilar, el cual versa sobre el libro “Grandes hits. Nueva generación de narradores mexicanos” salido de la imprenta de la oaxaqueña Almadía, y compilado por Tryno Maldonado.

No es la primera vez que leo, escucho o veo comentarios de esta naturaleza sobre un libro que cada vez me dan menos ganas de leer salvo por las excepciones en las que casi todos coinciden.

Lo cierto es que la invasión de los garbanzos (eso garbanzos de a libra que se sienten superiores al resto de los mortales) empieza cada día a proliferar más. Con una obra ya se siente con derecho a exigir tributo, con unas charlas a ser catedráticos, y con unos amigos que los compilan a ser quienes dicten el ritmo de la literatura mexicana.

Copio un párrafo de Aguilar que habla por sí solo:
“Pero el editor publicó todo lo que le entregaron, incluso maquinazos espeluznantes. Si la intención real de Maldonado era exhibir la incompetencia de algunos de sus colegas, lo consiguió. Pero si en verdad quería ofrecer una antología de presuntos hits de los 70, entonces su labor como compilador ha deja mucho que desear. El rigor del editor y la autocrítica de los escritores a quienes se les dio la oportunidad de publicar algo para lucirse y mandaron lo primero que encontraron en el cajón, brillan por su ausencia”.

Es cierto, si bien la culpa es del editor, también la confianza depositada en el escritor radica precisamente en que éste último enviará algo de las medidas mínimas de calidad del trabajo por el cual se le ha citado, salvo que haya allí una camarilla de compromisos, favores, amoríos, etcétera que haga la inclusión de alguien en la lista un aspecto obligado.

No puedo resistir compartir el final de la nota:
“La antología incluye un prólogo de Maldonado en el que trata de reflexionar sobre características de la generación repitiendo lo que se ha dicho, pero utilizando un vocabulario ramplón y disque juvenil, como trendy, fashion, cool… Para decirlo como lo diría el autor, su prólogo es demasiado teto como para darle importancia”.

Vaya pues. De todos modos hay que leerlo.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Cita de Neils Bohr

Apenas abrí Principio de incertidumbre de Jorge Fernández Granados y me golpea de lleno una joya propiedad de Neils Bohr, que a la letra dice:

“Lo contrario de una afirmación verdadera es una afirmación falsa. Pero lo contrario de una verdad profunda puede ser en cambio una profunda verdad”.

Iniciaré la lectura de los poemas de Fernández Granados, que de suyo son garantía, y ya me agradó el libro.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Algo de imagen


El ser humano tiende a olvidar. Aunque también hay casos en que decide guardarse un tiempo ese comentario que tarde que temprano saldrá, con mayor fuerza, mayor ahínco y quizá más cantidad de veneno y termine con una relación. En el caso de las empresas como lo plantea de forma magistral Fontanarrosa, se tienden a olvidar los pequeños detalles por el bien de la misma organización, llevado esto al área política o del sector público resulta además de un delito, una verdadera burla para quienes cada fecha de cobro ponen de su bolsa para pagar los salarios de los alevosos citados.
Resulta interesante por decir lo menos, que cuidemos la imagen más que el trabajo. Ejemplos sobran en el mundo literario mexicano, con jóvenes y no tan jóvenes que pulen más sus relaciones públicas, apariciones, comidas, cocteles, coloquios, seminarios, lecturas, entre otros, que sus propios textos, libros, poemas, ensayos, cuentos, novelas, obras de teatro y demás. Sí, cuidemos la imagen, pero que sea con el trabajo que presentemos.

martes, 9 de septiembre de 2008

On Bullshit

Cual dardos envenenados de incultura, la charlatanería (bullshit en lengua inglesa) ha venido a postrarse en buena parte de los discursos no sólo políticos en nuestra sociedad mundial. Por la rapidez con la que vino a colocarse, pocos se han ocupado de analizarla a profundidad, uno de ellos es Harry G. Frankfurt, profesor de Filosofía en la Universidad de Princeton.

Bajo el título de On Bullshit, sobre la manipulación de la verdad, el académico es claro en su concepción en este ensayo de largo aliento: “Propongo que empecemos a elaborar una concepción teórica de la charlatanería, ante todo mediante un análisis filosófico provisional y exploratorio”. De allí parte, con sus argumentos y razones para hablarnos, en una primera instancia, de las diferencias y coincidencias entre la charlatanería, las mentiras y las expresiones conocidas como paparrucha (que según Max Black en su obra The Prevalence of Humburg son “tergiversación engañosa próxima a la mentira, especialmente mediante palabras o acciones pretenciosas, de las ideas, los sentimientos o las actitudes de alguien”).

Frankfurt hace un interesante planteamiento cuando comenta que una persona tergiversa algo al contar una mentira, pero al hacerlo, “no puede evitar tergiversar también su propio estado de ánimo”. Esto es, las reacciones muchas veces corresponden a una falta de atención al fenómeno en su conjunto, pues “es precisamente esa ausencia de interés por la verdad —esa indiferencia ante el modo de ser de las cosas— lo que yo considero la esencia de la charlatanería”, remata el también autor de Las razones del amor.

Inserta otro término que en el vulgo mexicano es de uso corriente: la figura del farolero. “Parece que toda la charlatanería entraña algún tipo de faroleo. Sin duda está más cerca de farolear que de contar mentiras”, dice el autor, y complementa: “Tanto mentir como farolear son formas de tergiversación o engaño. También farolear tiene típicamente como objetivo transmitir algo falso. A diferencia del simple mentir, sin embargo, es más específicamente cuestión de falsificación que de falsedad”. Cuestión que puede comprobarse con aquellas personas que quieren aparentar lucidez (luz de farol, de farolero) cuando su brillo se opaca por la falta de argumentos.

Una sentencia es el hilo conductor del ensayo: “la gente es más tolerante con la charlatanería que con las mentiras”, de allí quizá se explique el comportamiento de varios miembros de la clase política contemporánea en nuestro país y más allá de las fronteras, pues el aparentar ser o parecer algo que no se es, tiene tintes de charlatanería, y por ello sus seguidores y detractores pueden llegar a ser más pacientes en cuanto al tiempo de resultados por ejemplo, que si ese mismo personaje de la fauna política, hubiera mentido.

Al paso, con los resultados que conlleven las acciones, la respuesta que venga puede ser variada, pero de existir el fracaso éste conlleva una marca común, a decir de Frankfurt, “podemos tratar de distanciarnos de la charlatanería, pero es más probable que nos apartemos de ella encogiéndonos de hombros con impaciencia o cierta irritación que con el sentimiento de afrenta o ultraje que a menudo inspiran las mentiras”. Otra vez, esa diferencia entre el que es charlatán y el que es mentiroso, diferencia a veces poco notoria.

Como profesor universitario, el autor deja al lector un ejercicio que no tiene nada de simple: entender el por qué nuestra actitud frente a la charlatanería suele ser más benévola que nuestra actitud frente a la mentira. Idea que merece un buen análisis el cual debiera iniciar a la menor provocación, puesto que si bien, como argumenta el mismo filósofo, “para inventar una mentira cualquiera, ha de pensar que sabe qué es lo verdadero. Y para inventar una mentira eficaz, debe concebir su falsedad teniendo como guía aquella verdad. En cambio una persona que decide abrirse paso mediante la charlatanería goza de más libertad”, cómo argumentar a favor de alguien que tiene la capacidad de traducir como consejos las advertencias.

A lo largo del ensayo queda en claro que la charlatanería no tiene por qué ser falsa, puesto que se diferencia de las mentiras en su intención tergiversadora, y para ello se apoya en la siguiente afirmación: “Tanto al mentir como al decir la verdad, la gente se rige por sus creencias acerca de cómo son las cosas. Dichas creencias los guían cuando tratan de describir al mundo, ya sea correctamente, ya sea engañosamente”. La charlatanería más común la podemos localizar cuando las circunstancias exigen de alguien que hable sin saber de qué está hablando, ejemplo que con facilidad nuevamente ubicamos en la clase política (aunque por desgracia otros espacios también se empiezan a contaminar como los medios de comunicación), que con sus debidas excepciones, explota la charlatanería en forma de glosa desgastada y repetitiva.

La conclusión de On Bullshit, sobre la manipulación de la verdad, publicado en España por la editorial Paidós, es rotunda: “nuestras naturalezas son, en realidad, huidizas e insustanciales (notablemente menos estables y menos inherentes que la naturaleza de otras cosas). Y siendo ése el caso, la sinceridad misma es charlatanería”. Todo lo cual hace que ésta sea una obra que debe leerse y releerse; interesante de principio a fin que vuelve los ojos de aquellos detractores del género que ven al ensayo como algo ilegible y aburrido. Pero sobre todo que toca un tema que a veces se da por sentado y al cual le falta mucho por debatir: personajes hay de sobra para analizarlos desde esta óptica, basta ver la baraja política nacional.

Harry G. Frankfurt, On Bullshit, sobre la manipulación de la verdad, Paidós, España, 2006, pp. 81.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Ricarte III

Más líneas del libro del maestro José María Ricarte.

Todo proceso creador del pensamiento comporta un desarrollo, una serie de fases sucesivas que, aplicadas a la solución de un problema creativo, se reducen a cuatro: la preparación, la incubación, la iluminación o comprensión y la verificación o valoración.

La preparación se define como la sintetización y recogida de materiales relativos a un problema particular. Comprende la percepción del problema y del acopio de la materia prima, y su importancia viene dada por el hecho de que va a determinar la calidad de la creatividad.

La incubación se caracteriza porque marca el periodo en el cual la atención consciente se aparta del problema, llegando a presumir que el inconsciente o subconsciente estará más capacitado para atender con efectividad el problema.

En el momento en que la incubación se ha completado, el creador da el paso decisivo, consumándose el tercer periodo: la iluminación.

Una de las características más notables de la iluminación es el papel instrumental del creador y su potencia reproductora. La inspiración se convierte en una vida dentro de otra.

Una vez superada la experiencia del éxtasis, de la inspiración, el creador tiene que volverse realista y valorar el hecho de que su inspiración todavía tiene que afinarse más, porque incluso cuando ya está completa, puede resultar no válida.

El estadio final del proceso creativo es la elaboración, perfeccionamiento y revisión de la inspiración. La reelaboración y la revisión son funciones necesarias para la calidad y la perfección de la idea.

El conocimiento de los problemas ayuda a identificar las soluciones. Sin el conocimiento, es posible que uno deje de reconocer incluso las soluciones más obvias.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Campus en su Sexto Aniversario

Hace poco más seis años el Doctor Jorge Medina Viedas con el equipo original de aquél entonces, dio vida al suplemento universitario Campus en Milenio Diario. Los primeros número fueron difíciles, blanco y negro, con erratas, con errores obvios, y pocos daban esperanzas de vida a la naciente publicación (junto con Campus, Milenio Diario empezó producir otros suplementos que no resistieron el peso de la publicidad y murieron a los pocos números).
Cercano el número seis o siete de este suplemento semanal (que nos remite a finales de octubre de aquél lejano 2002) me incorporé como redactor, aunque también hacía labores de reportero, en Campus, mi primer trabajo en el gremio periodístico. Escribía textos que no firmaba, agendas de eventos a los que nunca asistía y recomendaba libros que esos sí, procuraba leer aunque fuera un poco. El 12 de diciembre de ese año apareció mi primer texto firmado con mi nombre, una nota, lo recuerdo, sobre el maestro Martín Luís Guzmán, que fue revisada por Jaimeduardo García el actual coeditor y por el mismo Director Jorge Medina Viedas.
Para abril de 2003 el destino me llevó a trabajar a la Dirección General de Bibliotecas del CONACULTA por lo que dejé mis labores de redactor en el diario, pero seguía enviando mis colaboraciones, las cuales hasta la fecha, amablemente recibe mi jefe de Campus.
Hoy, en su sexto aniversario deseo de corazón felicitar (y de paso felicitarme, pues me siento parte) porque su labor ha sin duda ha ayudado a generar mayor atención sobre un tema que debería ser de internes general como lo es la educación, en particular la educación de nivel superior en nuestro país. Me quedo con unas líneas de la editorial que pueden consultar en la edición de aniversario:
“Pero lo que sí es evidente, es que el esfuerzo ha coronado con una universidad mucho mejor de la que existía en el pasado: una universidad pública de mayor calidad académica, más transparente en materia de rendición de cuentas y una institución con mejor imagen y más credibilidad en la sociedad.
“Campus Milenio quiere hacer evidente esta nueva realidad; quiere hacer patente que la sólida infraestructura académica organizativa y moral, construida a lo largo de todos estos años, constituye el fundamento material y moral de la universidad del futuro que los universitarios se han propuesto construir. Por eso se puede afirmar que en la educación superior, lo mejor está por hacerse.”
Enhora buena. Felicidades.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Ricarte II

Del libro Creatividad y comunicación persuasiva de José María Ricarte rescato unos puntos y unas frases que merecen lectura.

Aptitudes para la creación:

o Alto nivel de inteligencia.
o Apertura a la experiencia.
o Ausencia de inhibición y de pensamiento estereotipado.
o Sensibilidad estética.
o Flexibilidad en naturaleza y en acción.
o Amor a la creación por al creación misma.
o Búsqueda interminable de nuevos desafíos y soluciones.

“La persona creativa necesita una motivación muy fuerte”.

“Se aduce que el elemento crítico en la creatividad no está en la valoración que de esa idea hace la sociedad, sino que la idea es válida si resulta nueva para la persona que la crea”.

“La persona creativa ha de ser capaz de comunicar su solución de forma adecuada”.

“La capacidad de creación constituye un conjunto de facultades intelectuales y de rasgos de personalidad aptos para la solución de problemas”.

martes, 2 de septiembre de 2008

La noche caníbal


La atracción emana de distintos frentes y se transmite por los cinco sentidos. En el caso de La noche caníbal, compilación de cuentos de Luis Jorge Boone (Coahuila, 1977) radica en las pulsaciones que trae consigo la seducción y el penetrante olor a muerte.

Los cuentos, cada uno y todos en conjunto, tienen una constante: el enigma de la trama. El suspenso al servicio del lector con escenografías perfectamente colocadas que golpean con perfecto tino el ligero paso de los acontecimientos. Son instantes de trémula lectura y de reflexión: “Estoy seguro que existe la degradación humana y aún no sé si existe la redención. Pero si encuentro el corazón de la noche, podré creer entonces que el día —la luz— tiene por centro un Dios omnipotente y eterno”.

De qué hablan las narraciones del también poeta, cómo es que arma un nudo bien logrado y lo fortalece con personajes que, apareciendo o no en las páginas, se cuelan en la respiración misma. Cómo es que cuando se decide por un contexto donde la nieve es un elemento más hace que el frío nos afecte como en el caso de “El invierno de Devonshire”, en sus propias palabras, el cuento favorito del autor.

La falta de espacio para respirar se trasmite en estás páginas, en narraciones como “Telarañas”, que resalta por ser en su forma diferente a las demás, ésta con un cronómetro disipando dudas, con un tictac que augura distancia, frustración, muerte. Es de esos pocos libros donde sudan las manos al estar leyendo, su provocación enaltece en buen agrado el género. Además, las bases sólidas de su lugar de origen le dan un toque especial por cercano y cálido. Las sombras del recuerdo son un guiño de buena hechura.

Se sabe de buena manera que “una cosa es lo que uno puede esperar y otra lo que merece”. Así es La noche caníbal, una sorpresa agradable para la literatura mexicana, cuentos bien facturados, con elementos que ayudan a su perdurabilidad, pero sobre todo que penetran en la mente, que consigue identificación con personajes, escenarios o con el anhelo de que nos suceda algo interesante luego de un aburrido día.

Luis Jorge Boone, La noche caníbal. Fondo de Cultura Económica, (Col. Letras Mexicanas), México, 2008; 98pp.
Texto aparecido en la revista Siempre de esta semana.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Ricarte I

Lo conocí en la Universidad de Navarra en Pamplona, España, se llama José María Ricarte, y fue mi profesor de Creatividad. Además de ser un excelente profesor tiene la virtud de ser una mejor persona; es además autor del libro Creatividad y comunicación persuasiva, del cual rescato algunas líneas:

“En definitiva, el arte de pensar que conduce a la creatividad es búsqueda y es encuentro. Es la búsqueda de la verdad y es el encuentro con la belleza”.

“Ser una persona creativa, desde la perspectiva de la globalización de la comunicación, es el desafío de desarrollar la condición humana más allá de los conocimientos y del aprendizaje que puedan proporcionar unos determinados estudios”.

“El pensamiento productivo consiste no tanto en ver lo que aún nadie ha visto, como en pensar lo que todavía nadie ha pensado sobre aquello que todos ven”.

“La creatividad ha dejado de ser el complemento de otras disciplinas, para convertirse en protagonista de una renovada categoría comodín, categoría de categorías, interactiva y sincrónica”.

“La creatividad tiene lugar cuando una persona, usando los símbolos de un dominio dado, tiene una nueva idea o ve una nueva distribución, y cuando esta novedad es seleccionada por el ámbito correspondiente para ser incluida en el campo oportuno”.