sábado, 29 de mayo de 2010

Nada que esperar de una universidad sometida al populismo y mercantilismo global

Crisis en Grecia
Víctor Ivanovici, académico de la Universidad Aristóteles de Salónica, hace un balance de la situación económica y social que se vive en estos días en esa tierra tan llena de historia


La Universidad Aristóteles de Salónica está situada en la ciudad del mismo nombre, segunda en importancia de Grecia, sólo detrás de Atenas. Desde allí, el profesor de literatura Víctor Ivanovici hace un balance de la situación económica y social que se vive en estos días en esa tierra tan llena de historia. Más de 400 mil habitantes conviven con las edificaciones clásicas como las iglesias de San Demetrio, San Jorge y Santa Sofía. El catedrático hace un balance puntual de la situación política, por orden de gravedad: “primero, los malos gobiernos que padece el Estado griego desde que existe (1830)”. Nacido en Tulcea, Rumania, en 1947, enuncia al “populismo distributivo de la administración socialista (PASOK), a finales de los ochenta, y a la incapacidad y las malversaciones del último gobierno de centroderecha (Nueva Democracia). Y tercera, la corrupción arraigada que incluso corrompe a quien no roba, pero tolera que otros lo hagan”.

Incluso el traductor del griego, rumano, español, francés, portugués, catalán e italiano, va más allá en el comentario: “y hay otra corrupción más sutil y peligrosa que ésta, que consiste en apañárselas con el inmovilismo e incluso sacar provecho del mismo”.

Una razón más es el modelo económico europeo con el euro como moneda única que, ante una política económica común o coordinada, genera problemas en algunos países.

Como ahora en Grecia, pues, desde la perspectiva del profesor, “si la economía griega colapsa, es de esperar un efecto de dominó que afecte en primer término al sur más débil (España, Portugal, Italia) y luego a toda la zona del euro”. La sinceridad le gana en el comentario al autor de Gabriel García Márquez y su reino de Macondo, entre otros: “prefiero no imaginarme lo que pueda pasar en tal caso”.

La visión abarca todo el viejo continente: “en cuanto Europa se decida finalmente a ser Europa y no un amasijo de Estaduchos que tiran cada uno por su lado, se pueden reducir al mínimo el margen de decisión de su clase política inepta y corrupta”.

La violencia desmedida
En las aulas, Ivanovici enseña Literatura Hispánica, Traductología (Crítica y Metodología de la Traducción) y Literatura Europea, por ello ve cómo la violencia real empieza a superar a la ficción. Y es que la violencia tiende a crecer, el incremento puede deberse desde su óptica a “la incultura política de las masas y la opción de la izquierda por pescar en aguas revueltas, defendiendo el establishment gremial”.

Se le inquiere sobre el papel de la clase universitaria en este contexto. Su respuesta no es muy halagadora para el sector. “¿Qué puede esperarse de una clase universitaria indigente institucional e individualmente (lo cual redunda en su poca monta social): del profesorado de una universidad sometida al populismo y al mercantilismo globalizado, sumado a un alumnado que, amén de ignaro (por la dramática baja del nivel de la educación secundaria), que se deja manipular por las consignas populistas que agitan el mundo extrauniversitario?

Ganar en la crisis
Sin embargo, también observa ciertas alternativas: “en lo práctico, apretar el cinturón y los dientes, y cumplir con el programa de estabilización que, a pesar de cruel y quizá injusto, no tiene alternativa. En lo filosófico, recordar que en griego crisis, amén de lo que significa en varios otros idiomas, también quiere decir juicio o evaluación crítica. Si de la crisis logramos sacar una crisis de nosotros mismos y del mundo en que vivimos, hasta saldremos ganando”.

Aparecido en CAMPUS de Milenio Diario el jueves 27 de mayo de 2010.