jueves, 31 de julio de 2008

El movimiento estudiantil de 2008

Una crónica imaginaria
¿Cómo serían algunas escenas de 1968 en estos días de la primera década del siglo XXI? Los mecanismos de comunicación, así como el lenguaje de los jóvenes, no pierden la esencia, pero sí se adecuan a una realidad que está puesta en debate por hechos recientes, algunos de muy malos recuerdos

¿No han visto las fotos en el hi de Jorge?, es la pregunta que a modo de saludo matutino profiere Humberto al llegar al salón de clases una mañana de jueves en Ciudad Universitaria. Las respuestas son variadas. Carlos dice que no las ha visto, pero sí que participó en un foro de un periódico en su versión digital. Salvador afirma haberlas visto y que incluso tiene más en su facebook.

—¿Ya viste Batman? —se escucha desde el fondo del aula.
—Sí —contesta Sandra—, fuimos al Imax de Perisur después de regresar de Topilejo, donde repartimos volantes y hablamos con la gente del lugar.

En los programas matutinos de radio se habla de los mismos temas. Están en boga los antros, la represión de las policías. Pero apenas se oye sobre una represión de parte de las autoridades de seguridad contra los jóvenes; un locutor de esos famosos dice incluso, gracias a un enlace ciudadano (llamada telefónica al Iphone de un alumno de Arquitectura), que un grupo uniformado intentó ingresar a Ciudad Universitaria pero que el sindicato de trabajadores, profesores y estudiantes se lo impidieron. Además, se menciona, aunque está por confirmarse, que el rector hizo su aparición allí, lo cual se despeja de dudas a los pocos minutos en la web oficial a través de sendos comunicados de prensa con fotos bien iluminadas, aunque un tanto retocadas.

Creando espacios
Si bien hay varios espacios en los medios de comunicación para hacer llegar el mensaje, no todos son confiables, por eso los estudiantes apuestan de manera organizada por informar de primera mano, de allí la creatividad para montar una estación de radio en internet, que según Carlos no se oye tan mal. Antes ya lo habían hecho, con fines académicos y luego lúdicos, ahora es el momento de darle un sentido social al aprendizaje, oportunidad que no desaprovechan.

Dalia escuchaba de lejos la charla, pero se acerca interesada para comentar sobre un blog que apenas se abrió a inicios de semana, que ya tiene miles de visitas pues ha sido el que más información brinda, a tal grado que varios periodistas lo citan en sus columnas. El blog es alimentado por estudiantes de todo el país, a través de una red estudiantil autónoma, de esas que nacen espontáneamente y cuyos participantes tienen algo en común, en este caso: informar sobre los hechos.

Después de escucharla, cada quien piensa en hacer su blog y lo va a declarar primer territorio libre de México. Humberto entonces intenta poner orden y quiere repasar los puntos del movimiento, para que no se pierdan y no vayan a producirse tergiversaciones. Lee en voz alta un texto que viene en el sitio web oficial del movimiento, el cual revisa en su computadora personal con conexión inalámbrica. Hace comentarios al respecto, el resto lo deja terminar.

Carlos comenta que en su camino a la escuela le tocó ver en el Metro a varios jóvenes entregando volantes con un resumen bien elaborado de los acontecimientos recientes: de cómo nace el problema, de qué quieren los estudiantes, de cómo ha respondido la autoridad.

Eso sí, reconoce el esfuerzo de sus colegas, pues miró cómo costaba trabajo esta labor en los vagones del sistema de transporte colectivo, pues se pelea el espacio con una cantidad apabullante de vendedores ambulantes que entre sus gritos y música que venden, hacen en verdad ensordecedor el ambiente, y eso a la gente le molesta bastante, de allí que en ocasiones no exista atención suficientes sobre temas que se supone son más relevantes.

Dalia se distrae un poco para leer un mensaje que le llega al celular. Lo comparte con sus compañeros: “Se les invita a todos los estudiantes y sociedad en general a participar en una marcha que culminará en mitin informativo en la Plaza de la Tres Culturas de Tlatelolco, cuatro de la tarde del próximo miércoles 2, si la lluvia no lo estropea”. Eso es todo el mensaje. El cual se distribuye como virus y les llega a miles de estudiantes que sin duda estarán presentes de alguna forma. El mensaje de celular ya también se empieza a distribuir por correo electrónico.

La clase está por comenzar y se terminan los comentarios. El profesor tiene un semblante diferente, en el brillo de su mirada se le nota algo que no se le veía en las clases anteriores. Cambia el tema de la asignatura por el que todos esperan debatir, ése que se refiere a los valores de cada individuo y que suele cobrar fuerza e impulso en una lucha que se sabe de antemano ganada en términos de razón mas no así en términos de fuerza.

Los días transcurren rápidos, pero llenos de tensión. Atrás parece haber quedado el 22 de julio del pleito callejero entre los estudiantes, aparentemente sin motivo, y la desatada represión de la AFI contra los jóvenes, y toda esa provocación supermontada por el gobierno. Y que se dice que fue lo que detonó todo.

La Ciudad de México vive días templados y húmedos. Es septiembre. Cuando interviene el ejército en Ciudad Universitaria, los celulares no fueron eso de que “todo México es territorio Tontel”. Se perdió la señal.

Salvador no iba a ir a clases el jueves 3 de octubre, pero el mismo instinto que lo llevó a la Plaza de la Tres Culturas el día anterior, lo condujo a encontrarse con sus amigos en un café internet donde en ocasiones se reúnen. Sin mensaje ni correo de por medio, todos estuvieron allí. Los rostros de todos eran distintos. Sus palabras se resbalaban como susurros tristes.

Ninguno se imaginó que aquella historia vivida habría de marcarlos para siempre. Nada sería igual: ni ellos ni su país. A pesar de todo, cuarenta años después, en 2048, seguirían amándolo con la intensidad y devoción de siempre. Sin pensar en el reservorio de desechos industriales en que quedaría convertido.

Texto aparecido en la contraportada del suplemento CAMPUS de Milenio Diario del hoy jueves 31 de julio.

miércoles, 30 de julio de 2008

El instinto por costumbre

Que la gente no piense
que soy menos hombre
por carecer del llanto de los humildes
o de las cristalinas manos de un pueblo
que juzga de manera inadecuada.

Que la idea alojada
en sus pensamientos no sea
la de pusilánimes gritos
ante el confín de cuerpos.

Que la gente no diga
que no soy el elegido,
la debacle, el derrumbe,
si llevo, a manera de amuleto,
el instinto por costumbre.

Que no se culpe al pasado
ni a la melancolía tan dispuesta siempre
a ser sacrificada en la lista,
que no se culpe a la familia,
el gesto agrio del padre lo amerita
la dulce sonrisa de una madre es la ceniza
de todos los fuegos extinguidos.

Por último, que no se culpe al destino
si por oficio he escogido cargar a cuestas
con esta personalidad que se funde,
en el instinto por costumbre.

martes, 29 de julio de 2008

La noche del canibal

Se llama La noche del caníbal, es un libro de cuentos. Su autor es Luís Jorge Boone. La narración favorita de él lleva por título “El invierno de Devonshire” y se puede leer casi al final del mismo:
“Estoy seguro de que existe la degradación humana y aún no sé si existe la redención. Pero si encuentro el corazón de la noche, podré creer entonces que el día –la luz- tiene por centro un Dios omnipotente y eterno”.
Lo he leído y simplemente es recomendable. Cuando escriba la reseña abundaré en los por qué. Por lo pronto comparto también la última frase de la obra:
“Aquí, bajo la tierra, la noche es eterna y todo lo devora”.
Está en la colección Letras Mexicanas del Fondo de Cultura Económica.

lunes, 28 de julio de 2008

Actores (y deportistas) en la política

A partir de este año 2008, con la nueva normatividad que plantea el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, los gobernantes ya no pueden aparecer ni en imagen ni en voz en los promocionales que se realicen con fondos públicos (salvo la excepción clara de los días previos y posteriores al informe gubernamental). De allí que algunos gobiernos sobre todo el federal y estatales hayan recurrido a profesionales de la actuación así como a figuras deportivas de reconocimiento internacional para ser ahora ellos la “imagen” de esa administración o al menos de algún programa social.
En el Estado de México tenemos a los actores Angélica Rivera y Jaime Camil, éste último sólo apareció en un comercial que anunciaba el reemplacamiento y las bondades que ofrece el nuevo sistema para hacerlo tan rápido como nunca; mientras que la famosa Gaviota ha estado más activa anunciando la campaña de los 300 compromisos cumplidos de Gobernador Enrique Peña Nieto ya sea arriba de un bus o con estudiantes universitarios.
En los comerciales que promueven al Estado de Tamaulipas se puede ubicar al actor Eduardo Verástegui, quien en diversos planos nos muestra con su estilo y vestimenta propia de la región el fronterizo territorio que promueve. Así como a Lourdes Munguía en el Estado de Chiapas, con escenografías naturales más atractivas, aprovechando las bondades de las cascadas, los planos completos se ven más vivos, atrayentes y atractivos. Ambos casos tiene sus seguidores, incitan a ser visitados.
La Ciudad de México no se ha quedado atrás, y en su caso es a través de patrocinios como se da su acercamiento con el mundo de los espectáculos y así logra que tal filme, o tal deportista sea ligado con el gobierno actual de Marcelo Ebrard. El piloto de autos Mario Domínguez es un claro ejemplo, así como la película “Brindis”.
Siguiendo con deportistas, pero en el nivel federal de gobierno tenemos dos casos interesantes. Uno es el de la golfista tapatía Lorena Ochoa, quien apareció en una campaña muy fallida según quienes saben de esta materia, a tal grado que tuvo que cambiarse el contenido de esos comerciales que hablaban sobre el exitoso campo mexicano. El otro caso es más reciente y tiene por figura al ahora jugador de la liga inglesa Giovanni dos Santos, campeón sub 17 con la selección mexicana de futbol y exjugador de famoso club Barcelona, quien promociona el Seguro Popular de Felipe Calderón.
Qué tan benéfico, y a quién beneficia el hecho de que por ley ya los representantes electos por votación no puedan aparecer en los productos promocionales, y en cambio sí se genere un nuevo esquema de comunicación, con profesionales, en el caso de los actores de la pantalla chica, o con prestigio internacional (nada comparable con el del mandatario no importa quien lo haya contratado o invitado) en su disciplina como lo es el de los deportistas.
Estos actores y deportistas transmiten éxito, presencia, posicionamiento, atracción, atributos con los que por supuesto no cuenta del todo el gobernante o candidato y por ello recurre a estas herramientas que, a final de cuentas comunican de manera directa. Concepto que viene de la publicidad comercial, el acompañamiento de una marca con el de un nombre e imagen del personaje reconocido.
La diferencia no sólo es que ahora en lugar de ver el rostro del gobernante vemos el de una actriz o actor, o el de un deportista de alto nivel. Esta idea seguirá pues apenas se empiezan a dar los primeros pasos, aunque puede ser también sólo una moda pasajera. No está de más comentar algunos riesgos que conlleva depositar en un tercero la imagen y la promoción del trabajo de un gobierno.
Se han dado casos con firmas comerciales donde el actor o deportista se compromete a no embarazarse mientras dure la campaña, o no tener comportamientos deplorables. Y es que pensemos cómo quedaría la imagen de un gobierno si su estrella publicitaria cae en la cárcel, o se le descubre que es adicto o un escándalo de este tipo.
Habrá que estar atentos para las nuevas campañas con los nuevos actores del gremio político que si bien rechazan la política, como dicen algunos, siempre es bueno estar presente en los medios, pues reditúa en la carrera, y ayuda en la cartera.

jueves, 24 de julio de 2008

Susurros de un labial

Vivir es un acto de fe. Creer en lo que uno aparentemente vive es la idea central de Besos pintados de carmín, la nueva novela de Sealtiel Alatriste (Ciudad de México, 1949), creer en aquellas personas con las que uno se rodea y comunica, pero también es una invitación para que de alguna u otra forma vivamos más allá de la muerte.
Edelmira Pajares y Cástulo Batalla, alias B, tuvieron un matrimonio completo, se entregaron el uno al otro de manera total. Pero al poco tiempo de la muerte de ella, se presentan escenas difíciles de comprender en la vida real, pero qué es el amor sino una vida alterna a la que transcurre al lado del resto.
El punto de quiebre es el anuncio del fantasma de Gregorio Flores, compadre de B y eterno enamorado de Edelmira, quien hace público que en ese reino que divide la vida terrenal con la eterna, se ha encontrado con Edelmira, y como tal, piensa cumplir aquello que en este reflejo de la frontera no pudo.
Ante tal acto, B recurre a un método carente de rigor científico, pero potente en creencia, el chino Lee, quien con unos polvos mágicos ayuda a Edelmira a traspasar la barrera que parecía infranqueable. La frontera es un viejo armario que también contará con tintes protagónicos en la historia. Desde ese instante el alma fantasmal de Edelmira se volverá un integrante recurrente en el actuar de B, pues lo acompaña en su nueva vida como viudo, y como el seductor que ya era desde antes, al cual define de la siguiente forma: “Voy a parecerte un cínico pero la manera moderna de ser un seductor es llevando dos vidas, como un marido fiel y como un mujeriego empedernido”.
Esa vida incluye sus dos nuevos amores, su estatus social y la casa familiar, donde el fantasma de Edelmira no diferencia entre la intuición y la discreción, ella llega cuando menos lo espera B, a veces le sorprende, mas siempre con un ánimo de ayuda, le da consejos incluso recomendaciones para con sus novias. Le facilita las cosas si ella lo cree necesario, pero también lo cuida, como marido que nunca dejará de serlo. “¿Qué diría si supiera que con sus andanzas eróticas buscaba confirmar lo que ella había descubierto?”, interroga la misma trama.
La escenografía de esta novela se ubica en el Edificio Condesa, lugar con historia, como sus habitantes, localizado en un espacio céntrico y obligado paso, en el cual además se dan cita las anécdotas más inverosímiles que no se reconocen del todo. Este edificio está en Santomás, un alter ego o parodia de la Ciudad de México, donde además pasan curiosos fenómenos, o como diría el chino Lee de manera filosófica: “Ciudad ayudar almas con anhelos”.
Dejemos mejor que se describa la ciudad en palabras del narrador: “Santomás era una ciudad extraña pero no era prodigiosa a pesar de que a muchas personas les sorprendiera su raro encanto. Parecía hecha con fragmentos de otros lugares, llena de edificios o monumentos inesperados, con barrios que cambiaban radicalmente de fisonomía tras una calle, cuyo urbanismo obedecía a la trama fresca de las casualidades”.
Ya con el escenario perfectamente delineado, nuestro autor hace acompañar a los protagonistas de actores secundarios de diversos calibres, como Felipe Salcedo, un hombre de menor edad que B quien es una especie de amigo-hijo, una figura que sigue al guía y demuestra afecto filial; o Maricarmen Navarro y su esposo pintor, que con obras empobrecidas rescata dotes filosóficos para adornar las charlas; y Nora García (acaso homenaje escondido para Margo Glantz y su personaje del mismo nombre que da vida a la obra Historia de una mujer que caminó por la vida con zapatos de diseñador).
Ese objeto del deseo femenino que es el zapato ayuda de buen agrado y mejor forma al narrador para dotar de buen humor varios pasajes de la historia, como por ejemplo cuando B lleva a su mujer-fantasma de compras, específicamente a adquirir zapatos. Siendo que sólo él puede verla, y haciendo que las demostradoras de la zapatería fueran quienes se probaran las piezas.
O como el disléxico bilingüe que aparece de manera fugaz, y las almas femeninas en cuerpos de hombres, e incluso el tío Salomón (quien hablaba de manera tal que cambiaba de orden las letras pero lograba darse a entender). Uno de los pilares de esta trama es el buen humor, desenfadado y natural.
También toma al desamor como bandera, ese “pecado capital tan grande que no tuvo cabida en la clasificación divina pues nadie encontró la virtud que lo atenuara”. Los enamoramientos y el flirteo al servicio de los pordioseros sentimentales. Ejemplo la madre de una novia de B, con escena de adolescente experimentada pero no por ello carente de ser la próxima en la lista de las despechadas.
No así de los que sólo buscan cubrir el requisito para salir airosos en las operaciones carnales, porque como sentencia esta obra, “el sexo es un pretexto para buscar lo que nos ilusiona. Después de todo, el acto dura unos cuantos minutos pero la reverberación del orgasmo, su metáfora, ocupa toda la vida”.
El verdadero fantasma que recorre las páginas de Besos pintados de carmín es el del deseo, el de la pareja en comunión independientemente del espacio que cada uno ocupe. Se sabe que la mujer vigila al hombre donde esté, lo confiesa el mismo B: “Me di cuenta que de ahí en adelante, encontrarme con mi mujer iba a depender de ella y no de que tomara los polvos del chino”.
A la par está la búsqueda siempre justa de lo que hace falta para ser más feliz. De la pregunta sin respuesta, del pensamiento en voz alta, siempre estropeado o al menos distraído con otros ruidos pues duele el contagio de saber la realidad, de comprender con el protagonista que “Si yo buscaba su fantasma en otras mujeres, ella encontró el fantasma de sus amantes haciendo el amor conmigo”.
Sealtiel Alatriste en obras como El daño ha demostrado su capacidad para elaborar textos inteligentes e interesantes, Besos pintados de carmín no es la excepción sino al contrario, es la confirmación de una trayectoria, un punto diferente pero también alto en el currículo de este ahora funcionario universitario, quien comparte lo que de suyo le pertenece a cada humano que tiene la capacidad o el don de escuchar el palpitar de sus corazones (el propio y el ajeno).

Sealtiel Alatriste, Besos pintados de carmín. Alfaguara, México, 2008; 342pp.

Reseña publicada en la revista Siempre de esta semana.

viernes, 18 de julio de 2008

La gente habla

He, como muchos, visto a la gente que habla sola. Ya sea en el transporte, en la calle, donde sea. A veces es una equivocación pues no percibo el aparato del teléfono que se posiciona del oído para dejar las manos libres, pero cuando presto atención y me queda claro que no es por ningún adminículo tecnológico, sino por puro placer de locura de hablar solo, me provoca envidia. En lo personal, requiero interlocutor para intercambiar ideas, conceptos, sentimientos, aun no logro hablar solo en voz alta, quizá el mecanismo no sea el mismo, tal vez no cuento con ese ánimo o espíritu de aventura que tiene aquellos que charlan con el viento. Mas no dejo de intentar.

jueves, 17 de julio de 2008

Presentación de Partitura para mujer muerta



Ojalá nos puedan acompañar. Valdrá la pena. Gracias.

miércoles, 16 de julio de 2008

George Steiner

En un intento por hacer diálogos entre las líneas de diversos libros, retomo el comentario de la entrada pasada Ortega y Gasset V donde la idea de admirar el paisaje para contemplarlo y entenderlo de mejor manera, se comunica de forma certera con lo dicho por el gran pensador George Steiner en su obra Idea de Europa en la cual afirma:

“Ciudades como París, Milán, Florencia, Frankfurt, Weimar, Viena, Praga o San Petesburgo son crónicas vivientes. Releer los rótulos de sus calles es hojear un pasado presente”.

Así también son muchas calles de nuestra ciudad y nuestro país. Pero lo cierto es que quienes las habitamos ya sea por años o por un instante, somos también cómplices de esa historia que se forja. Colaborar o no es cuestión propia y un poco de fe, pues uno debe creer en sus espacios.

martes, 15 de julio de 2008

Ortega y Gasset V

A estas alturas del siglo XXI resulta un tanto gastado de tan repetido el decir que la cotidianidad en las grandes urbes nos rebasa y nos come uno de sus elementos más simbólicos: las prisas. Caminamos tantas veces de forma mecánica que no logramos percatarnos de lo que existe y convive alrededor. José Ortega y Gasset en su tiempo supo de estos temas, previó con su percepción mágica cómo los caminantes de las banquetas ya no disfrutaban el viaje. Les importaba llegar tan pronto como fuera posible al destino, y no paladeaban cada paso. El autor de Meditación del Pueblo Joven lo dijo así:

“La calle no me es tránsito, sino estadía: la necesito no para llegar a donde sea, sino para estar mientras voy a ningún sitio”.

“En la vida, amigos, lo importante no es llegar, sino ir, estar yendo”.

Así es, hay que estar yendo siempre, caminando, creciendo, nunca estancarse, filosofía pura estar en ningún sitio es también formar parte de la escenografía, el talento reside en si se quiere o desea ser simple espectador o bien un portagonista de ese acontecimiento como Ortega y Gasset.

lunes, 14 de julio de 2008

Ontología cyborg

No he llegado a la mitad aun del libro Ontología cyborg. El cuerpo en la nueva sociedad tecnológica de Teresa Aguilar García, con el cual obtuvo el VII Premio de Ensayo Eusebi Colomer de la Fundación Epson, pero revisando los subrayados es un hecho que buna parte de la sociedad, sobre todo en los países con mayores alcances y penetraciones tecnológicas se están presentando fenómenos que es bueno empezar a considerar. Comparto algunos de estos apuntes:

“Asumir nuestra naturaleza cyborg nos libera de raza, género y clase como pautas identitarias de un sujeto moderno insostenible en la era cibernética, pero el número de individuos conectados a la red o a un móvil sigue estando circunscrito al mundo blanco occidental”.

“El uso que una sociedad determinada haga de esa información que somos es el tema de debate de nuestras sociedades actuales y, debido a ello, ha surgido otra disciplina como la bioética que pone en tela de juicio o debate los límites y condiciones en los que el mapa genético haya de ser utilizado, ya que tal hallazgo debería constituirse en avance para la humanidad y su posible mejora terapéutica, nunca en pro de la coartación de la libertad humana”.

“La trascendencia viene dada hoy por la tecnología, ya sea virtual o genética, por la que el individuo adquiere un nuevo estatus ontológico. El tecnocuerpo es un ser trascendente gracias a la tecnología virtual”.

“El trashumanismo es el triunfo final de la idea sobre el cuerpo, a cuyo servicio se pone la técnica para borrar definitivamente el obstáculo por antonomasia del pensamiento: el cuerpo”.

“Así, la cyborgización es deseable no como arma para luchar contra el propio sistema que la provoca, sino como arma para esfumarse de esa situación y de la realidad en bloque, mediante la huida al paraíso de la inmaterialidad suministrado por la tecnología. Constituye la apoteosis del simulacro, entendido como la copia que carece de original, para vivir una existencia eterna”.

Salido de los talleres de Gedisa ediciones, en su colección cibercultura, esta obra parece que tiene todavía algo que decir, estemos pendientes.

viernes, 11 de julio de 2008

Uso, mal uso y abuso

Palabras y términos
¿En verdad conocemos las palabras que usamos a diestra y siniestra tanto de forma oral como escrita?
¿No estaremos cayendo en un empleo inadecuado de los términos sólo porque así lo hemos escuchado o leído, o por una moda pasajera? Como dicen los clásico, son preguntas

Hoy cualquiera persona dice que es estratega porque diseña un plan. No así porque tiene “el arte de dirigir las operaciones militares, o para dirigir un asunto”. Ni mucho menos porque “lo que hace sea un proceso regulable, o el conjunto de las reglas que aseguran una decisión óptima en cada momento”. Éstas son las acepciones asentadas en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua. Y si esa es la tarea de un estratega, entonces, muchos de los que se colocan tal bandera son charlatanes.
En casos de políticas públicas como seguridad, generación de empleos, proyectos para el campo, reformas educativas, por mencionar los de uso constante en los discursos políticos de la fauna especializada de nuestro país, además de recursos humanos necesarios se invierte en promocionales en los medios de comunicación para hacernos saber que el gobierno y quienes lo comandan están aplicando una estrategia que tiene objetivos claros.
Pero no parece que funcionen adecuadamente, sería triunfalista decir lo contrario. Entonces, la estrategia fracasa, pero no se detienen en seguir anunciando nuevos planes estratégicos, de tal suerte que la palabra estrategia y sus derivados cae en un abuso corriendo el riesgo de que al final su significado sea: “Plan que se le ocurre a alguien que carece de los suficientes elementos y conocimientos sobre el tema, el cual se lleva acabo, pero no funciona”.
Ejemplos de este tipo sobran. Que tal el policía, un guardián de la seguridad que ve su imagen cada vez más abollada, que no genera confianza y se le relaciona con actos de corrupción y abuso. Entonces, lo de guardián queda fuera de lugar, si acaso sólo es de sus intereses y el de sus mandos superiores.
La definición de la Academia es: “Cuerpo encargado de velar por el mantenimiento del orden público y la seguridad de los ciudadanos, a las órdenes de las autoridades políticas”, y otra habla de “cortesía, buena crianza y urbanidad en el trato y costumbres”.
O, incluso, por ese afán de equidad, los discursos políticos recientes adoptaron términos como “ciudadanas” que, sin duda, pronto entrará a las páginas citadas, porque con ello, los representantes o candidatos a serlo querían que las mujeres se sintieran incluidas, de tal suerte que le buscaron el femenino a mexicano, ciudadano, compañero, legislador, gobernador, diputado, y otras más.
Lenguas vivas
En su andar diario también el lenguaje tiene vida y traspasa el tiempo dejando y llevándose términos de acuerdo con las necesidades de los hablantes. La memoria puede ayudar a que viajemos a esa etapa donde el cocodrilo era algo más que un temible animal, era un medio de transporte, un taxi. Un sismo era eventual, pues no existían indicios de cuándo y a qué hora sucedería, pero ahora un evento puede planearse con sumo cuidado y antelación.
Quizá los no tan jóvenes recuerden que antes, en los hoteles entregaban una llave como de ropero antiguo que colgaba de una tabla de madera de buen tamaño, y ahora esa “llave” es una tarjeta electrónica que se guarda en la cartera con facilidad. O quizá a más de uno le ha tocado la suerte de explicar a los extranjeros, no importa si éstos hablan nuestra lengua, los diferentes significados y usos del verbo chingar.
El reconocimiento académico se ve rebasado, pues si bien ha aceptado en sus archivos algunas acepciones que nacieron circunstancialmente, o gracias a la forma de adopción que le dio la gente, cada día en diferentes partes del mundo se utilizan términos variados que tienen vida limitada. Para el caso de los primeros tenemos como muestra el verbo cantinflear, expresión que sirve para designar a alguien que habla mucho y no dice nada, en homenaje a nuestro gran cómico Mario Moreno, Cantinflas.
Por ello, estaríamos en lo correcto al señalar que varios integrantes de la clase política (y deportiva, de espectáculos, la social e incluso la académica) cantinflean y caen en un verdadero abismo de fondo y forma en sus declaraciones, pues sus estructuras están compuestas de palabras que no necesariamente significan lo que quieren dar a entender, que confunden o equivocan por tener la intención de sentirse diferentes, pero lo malo es que luego no saben pronunciarlas (como le pasó alguna vez a alguien que no supo leer el nombre del filósofo y escritor Rabindranath Tagore).
A esto se le suma que el abuso que hacen de esas mismas palabras, puede llevarnos a que empecemos (o, al menos, quienes tienen las herramientas necesarias para ello) a redefinir los significados de, por ejemplo, otra vez, estrategia y triunfo, para así adecuarlos con el contexto real que tiene la gente de ellos. Quizá ahora decir que vamos ganando ya no es ir arriba en el marcador. Que sea sólo pregunta.

Texto aparecido el día de ayer jueves 10 de junio en CAMPUS de Milenio Diario.

jueves, 10 de julio de 2008

Sentencias o máximas de Stevenson

Memoria para el olvido es una obra compuesta de ensayos de Robert Louis Stevenson. En él se hallarán luces con simpatía, una muestra es esta selección de frases sueltas que a lo largo de sus páginas subrayé y ahora quiero compartir.

“Son los adultos los que crean los juegos infantiles: lo único que hacen los niños es conservar con envidia el texto”.

“Un hombre tiene que haber pensado mucho en el paisaje antes de empezar a disfrutarlo de veras”

“no hay lugar donde la gente reclame más lo pintoresco que en sus virtudes”

“El verdadero arte de la novela, por otro lado, hace de todo algo novelesco”.

“Tanto en la literatura como en el comportamiento, nunca puedes esperar hacer exactamente lo correcto”

“La pasión, la sabiduría, la fuerza creativa, el talento para el misterio y el colorido, nos son otorgados a la hora de nacer, y no pueden ser aprendidos ni estimulados”.

“Que no se lamente si esto acorta su libro, éste será mejor, ya que añadir material innecesario no es prolongar sino enterrar”.

“El paraguas se ha convertido en el índice reconocido de la posición social”

“la vida cotidiana se empieza a parecer a una orgía arrogante cuando se lleva a cabo tan cerca de una catástrofe”

“Pero nos gusta tanto la vida que no son queda tiempo para ocuparnos del terror de la muerte”

“Es mejor vivir la vida y terminarla que morir todos los días en la enfermería”

“pues no cabe duda de que, sea cual sea la edad a la que sorprende a un hombre, siempre se muere joven”.

El libro está editado por el FCE-Siruela, en la colección Tezontle, vale la pena en todos los sentidos.

miércoles, 9 de julio de 2008

Heriberto Frías

Aparecido originalmente en las páginas 1 y 2 del periódico El Demócrata el 5 de diciembre de 1895, el poema Sara en su verso V de su Primera Parte es una bocanada de humo en estos tiempos en que se prohíbe fumar en los lugares públicos cerrados que incluye bares, cantinas, burdeles y casas de cita, al menos en la ciudad de México pero que no tarda en hacerse aplicable a todo el país. De allí que su oportuna aparición ahora en la antología La escritura enjuiciada editada por el Fondo de Cultura Económica, sea un disfrute:

El alcohol al correr entre sus venas
no sé qué extraño germen removía
en su naturaleza depravada…
Los caprichos de aquella fantasía
demente y exaltada,
espoleaban frenética la orgía.
Y quedaba su orgullo de ramera
y su afán de placeres satisfecho,
reina y bacante, prostituta y diosa,
tronando altiva sobre el mueble que era
a un tiempo trono y mesa, altar y lecho.

La reseña completa de esta antología se está trabajando. Heriberto Frías personaje y escritor al mismo tiempo, humor, crítica, historia, erudición, contempló los vaivenes de un México que ahora recordamos a través de su prosa y poesía.

martes, 8 de julio de 2008

Ortega y Gasset IV

Hay gente que piensa que tiene la razón porque es la que más grita durante la charla. Los lugares públicos de reunión dejan poco espacio para la discreción, tenemos que elevar la voz inevitablemente sin importar el tema ni la persona o personas que nos acompañen. Da igual si estamos hablando de la más reciente visita al médico, una puesta en escena o una infidelidad, lo gritamos para que nos escuche nuestro acompañante de mesa, confidente, amistad o incluso, desconocido con el que compartimos un espacio y tiempo ese día. Nuevamente José Ortega y Gasset nos hace ver algo que todos los días pareciera llevar un paso fugaz, y por ende, no le prestamos la atención requerida; señala el filósofo español: “Para decir algo, nada menos que algo, tenemos que renunciar a decir todo lo demás”.
Por eso es conveniente inhibirse (Armando González Torres dixit) de vez en cuando, guardar secretos ya es una arte, una especie en peligro de extinción. Seamos pues coherentes con la naturaleza, si tenemos dos oídos y una boca, hablemos menos y escuchemos más. Y por supuesto, tener cuidado con todo aquello a lo que renunciamos decir, cuando decimos otra cosa, y por lo regular, cuando es en voz alta, gritando, es algo que no vale la pena.

lunes, 7 de julio de 2008

Ortega y Gasset III

En la comunicación política decimos a menudo que no nada más importa serlo sino también parecerlo. El tema de la imagen es uno muy recurrente en las actuales campañas de comunicación y electorales, que si es guapo, que si no lo es, que si es mujer, o joven, que si se ve trabajador o flojo. La conclusión es que tú puedes ser el mejor en algo, pero si la gente no lo percibe no te rendirá frutos.
José Ortega y Gasset lo dice mucho mejor: “nuestra realidad individual y colectiva no se compone meramente de lo que somos; una parte de nuestra realidad es lo que parecemos a los demás”. Cuando lo escribió aun no estaba tan de moda los debates televisivos, las combinaciones de colores, las operaciones estéticas, y sobre todo, el cuidado de la imagen y las palabras de nuestra clase pública (no sólo política).

viernes, 4 de julio de 2008

Costumbres humanas

Finalista del premio Herralde de Novela, Recursos humanos de Antonio Ortuño (1976) resulta ser una revelación y una confirmación. Lo segundo porque a aquellos que ya habían visto con buenos ojos su primer libro y novela anterior El buscador de cabezas, y en el volumen de relatos aparecido en España El jardín japonés, les da la razón de su trabajo depurado, sólido, con atinado juicio.

Mientras que para aquellos que aun no ubicaban en el mapa literario el nombre del también colaborador de reconocidas revistas culturales, difícilmente lo olvidarán de ahora en adelante, pues Recursos humanos es uno de esos pocos libros que en verdad contagian por su buena hechura y la violencia afectiva que la traza.

Son varios los aspectos a resaltar de esta novela, sobre todo tres: los personajes, la trama y la contagiante cercanía que pueden tener las acciones menos verosímiles con la realidad.

Es la entrada de la reseña que se publicó en la revista Crítica que está en circulación, si alguien desea ver completo este texto, y no puede conseguir un ejemplar de la revista, puede solicitarlo por esta vía.

jueves, 3 de julio de 2008

El clima de violencia social asedia y repercute en los jóvenes

En un ambiente violento, con una problemática económica que se resiente en los hogares, con falta creciente de oportunidades y una marcada carencia de identidad, los jóvenes mexicanos parecen encontrase en un callejón sin salida

El tema ni siquiera está en la agenda. Es un asunto secundario en el programa de los políticos y sus partidos. Aunque digan otra cosa. Juventud es sinónimo de demagogia. Cuarenta años después del 68. A casi cien años de la Revolución.

Pero la situación de los jóvenes y su futuro se puede analizar con todos los enfoques. No se reduce a una cuestión económica o cultural. Es un tema problemático desde los más diversos ángulos, porque toca el fondo de las condiciones del cuerpo social.

Estas condiciones son deficitarias. Verdad de Perogrullo que adquiere en el contexto actual del país una serie de repercusiones en el desarrollo y formación de los jóvenes. La violencia que se observa en las calles y que se reproduce exacerbada en los medios de comunicación, asedia y trasciende en una juventud cuya capacidad de absorción es mayúscula.

Nadie puede estar ajeno a una realidad que se repite: "En México mueren más personas por causas violentas que en la guerra de Irak"; en las calles, en las banquetas, en todos los espacios públicos impera la ley del más fuerte; las maldiciones verbales cruzan el ambiente hasta la degradación de las relaciones humanas. Los ejemplos concretos en la vida cotidiana son innumerables.

Este clima de violencia social inevitablemente afecta a los jóvenes. El investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, campus Iztapalapa, Alfredo Nateras afirma que “la violencia está en la vida social de este país; el país está militarizado, el crimen organizado vía el narcotráfico realmente tiene un poder de muerte terrible, y eso repercute de manera directa en el comportamiento de nuestros jóvenes”.

Entrada del reportaje que aparece hoy en CAMPUS de Milenio Diario.

miércoles, 2 de julio de 2008

La sinceridad del poema

La cotidianidad, los temas que vivimos todos, la forma y el contorno conocidos a través de versos bien labrados, trabajados a juicio y beneficio. Esa es la propuesta de la obra poética de Luis García Montero (Granada, España, 1958), de quien circula Poesía (1980-2005) verdadera muestra de este poeta, especie de Sabines español, incluso él mismo ha declarado al chiapaneco como uno de sus maestros, una influencia que se nota al leerlo.
En este volumen, con prólogo de José-Carlos Mainer, podemos apreciar las historias abanderadas por el amor, con una trama reconocible, un trajín particular que se vuelve global gracias a la honestidad y al sentido. Para García Montero: “Toda obra poética es una tarea de civilización personal, un trazado de caminos y de fronteras”. El primer libro que aparece es Poemas de Tristia (1982), donde se finca ese ritmo sostenido que “El lugar del crimen” resulta ser un buen ejemplo:

“Más allá de la sombra
te delatan tus ojos,
y te adivino tersa,
como un mapa extendido
de asombro y de deseo.
Date por muerta,
amor,/ es un atraco.
Tus labios o la vida”.

García Montero edifica un territorio propio donde la luz es el mejor aliado para la vida, y la sombra un lado más sereno para contemplar el paso de las actividades comunes. El siguiente libro que aparece es El jardín extranjero (1983): “Lo sé, hemos sido extranjeros/ hablándonos por señas demasiado cercanas,/ ansiosos en las calles/ de una nueva ciudad,/ esperando tal vez que nos fotografíen/ delante de este amor y de sus cicatrices,/ eso que confundimos con nuestros sentimientos/ o acaso/ —en la noche de locura—/ con una sensación de humedad en los ojos”. Pero también ese espacio es propicio para la soledad mas no para la desesperación, “Reestreno” es una buena muestra: “Pudiera ser también que nos extrañe/ la ilusión que supuso saber desconocernos,/ hasta llegar aquí,/ fingidos en la voz, desdibujados,/ como suenan los pasos de la soledad/ en los cines vacíos de reestreno”.
En 1987 apareció Diario cómplice, el cual vislumbra la fortaleza del sentimiento, las emociones se bifurcan y el amor es quien decide: “Por mucho amor que guarde,/ una carta encontrada boca abajo en la mesa/ será siempre un cadáver”. Además, en el verso VIII de su Libro II, traza las coordenadas de su biografía temporal: “Mi historia no es un libro, como dices,/ es la esquina doblada de una página,/ porque pensar también lo que he sido/ me define de un modo más exacto/ por elecciones/ o presentimientos,/ porque hay versos que nunca se llegan a escribir/ y la fidelidad que tengo a la poesía:/ es demasiado débil,/ ni siquiera respeta su nostalgia”.
Ya para las décadas de los noventa, Luis García Montero presentó Las flores del frío (1991), en el cual define el verdadero sentido común de la historia poética, los hechos sencillos se acostumbran a ser líricos en sus versos, en “Tienda de muebles” leemos: “Verte desnuda/ o comprender el hueco de las manos,/ no tengo miedo, amor, porque te quiero,/ me gustas con las luces encendidas,/ aún es pronto,/ llámame cuando llegues,/ voy a colgar, mi madre/ necesita el teléfono”, el grado de sátira o de lúdico contagio es un reflejo de la época contemporánea, el sinsabor del postre nunca cede tregua.
Habitaciones separadas (1994) es uno de los puntos más altos en la poesía de García Montero, la “Dedicatoria” lo deja claro, el silbido del susurro resulta contagioso cuando en verdad se requiere de una amable caricia: “Si alguna vez la vida te maltrata,/ acuérdate de mí,/ que no puede cansarse de esperar/ aquel que no se cansa de mirarte”. Y aquí también el descarado amor es el que manda, el que ordena no sólo las palabras ni los versos, sino las acciones que no le corresponden necesariamente a lo terrenal: “Como la luz de un sueño,/ que no raya en el mundo pero existe,/ así he vivido yo,/ iluminando/ esa parte de ti que no conoces,/ la vida que has llevado junto a mis pensamientos”.
Dedicado a Almudena (Grandes), Completamente viernes (1998) es el gesto que eligió el escritor para hacer su himno poético, su código de malestar y desasosiego disfrazado de cándido enamoramiento: “Por detergentes y lavavajillas,/ por libros ordenados, y escobas en el suelo,/ por los cristales limpios, por la mesa/ sin papeles, libretas ni bolígrafos,/ por los sillones sin periódicos,/ quien se acerque a mi casa/ puede encontrar un día/ completamente viernes”. Y aquí también se hospedan los “Problemas de geografía personal”, un lenguaje transparente con la narración que identifica las labores de quienes habitan la desesperación por al amor que se marcha:

“Nunca sé despedirme de ti,
(siempre me quedo
con el frío de alguna palabra
(que no he dicho,
con un malentendido que
(temer,
ese hueco de torpe inexistencia
que a veces, gota a gota, se
(convierte
en desesperación”.

Si bien había trazado el plano de su arquitectura en los libros anteriores, La intimidad de la serpiente (2003) refuerza ese mensaje, el “Domicilio particular” mantiene la profundidad de la caricia, que sabe de lo desgastante que resulta ver pasar el tiempo sin el respirar contiguo: “Al regresar a casa,/ cuando la luz se ha transformado en eco/ después de una jornada insoportable,/ el tiempo y ella son/ como una propiedad particular./ Necesito saber que me esperaba”. En este libro también recupera su tradición ¿o vocación? por la música (no hace mucho le pidieron musicalizar algunos poemas para la Orquesta Ciudad de Granada, lo cual aceptó amable y entusiastamente), de allí sus canciones, tal como lo hizo en Las flores del frío, ejemplo es “Canción serpiente”: “Y repitió el insomnio/ de la ciudad inútil/ que las noches se pierden en un ojo sin párpado// porque la audiencia sube/ cada vez que el veneno/ abandona a su suerte a los instintos del rayo”.
La sección final de estas casi setecientas páginas se titula Además, conformada por Y ahora ya eres dueño del puente de Brooklyn (1980), su canto inicial tanto al espacio que se anhela como a los escritos que se requieren, así como En pie de paz (1985-2005), el de mayor uso cuando se necesita elevar la voz a favor de la civilidad, y Rimado de Ciudad (1981-2005), reflejo y resplandor de su querido mundo granadino.
Al lado de los libros de poesía, Luís García Montero ha estudiado, hablado y analizado sobre la poesía, sus tomos de ensayos como Poesía, cuartel de invierno, Confesiones poéticas, El sexto día, entre otros son muestra clara de ello, de allí que piense así: “Desconfío del poeta que se dedica solamente a la retórica manifiesta, pero desconfío también del que es incapaz de improvisar un soneto o de escribir endecasílabos sin contar con los dedos. La técnica no lo es todo, pero uno está perdido si no domina la técnica”. O dicho en verso: “Déjame que responda, lector, a tus preguntas,/ mirándote a los ojos, con amistad fingida,/ porque esto es la poesía: dos soledades juntas”.
Luís García Montero es a estas alturas de la poesía contemporánea un representante digno de la tradición española, amable de palabra y con los ritmos depurados, aprendidos y llevados a la página de la manera más honesta posible, que cuando se le agrega la dosis de sinceridad requerida, resultan en poemas que se conocen, se quieren, y se hacen del dominio público.

Luís García Montero, Poesía (1980-2005). Tusquets Editores (Col. Nuevos textos sagrados), España, 2006; 678pp.


Texto aparecido en la revista Siempre¡

martes, 1 de julio de 2008

Memoria para el olvido


El autor de El extraño caso del Dr. Kekyll y Mr. Hyde, Robert Louis Stevenson murió en 1894, reconocido como narrador, también en su legado se pueden ubicar ensayos de gran hechura por su profundidad y rigor, a los cuales no escapa también el humor que todo genio conlleva. Estos escritos ahora han salido de la imprenta del Fondo de Cultura Económica en coedición con Siruela bajo el sugerente título de Memoria para el olvido, del cual extraigo un par de citas para hincar el mes que da de paso comienzo también a la segunda mitad del año.

“Un hombre tiene que haber pensado mucho en el paisaje antes de empezar a disfrutarlo de veras”

Y nosotros que luego nos dejamos absorber por la cotidianeidad o peor aún que lenta aunque paulatinamente perdemos la capacidad de sorprendernos.

“La pasión, la sabiduría, la fuerza creativa, el talento para el misterio y el colorido, nos son otorgados a la hora de nacer, y no pueden ser aprendidos ni estimulados. Pero el uso justo y diestro de las cualidades que sí tenemos, la proporción de una parte respecto a otra y con respecto al todo, la eliminación de lo inútil, el énfasis en lo importante, y el mantenimiento de un carácter uniforme de principio a fin: éstas, que juntas constituyen la perfección técnica, pueden ser alcanzadas hasta cierto punto a fuerza de trabajo y de coraje intelectual”.

No hay más, la inspiración divina es una cosa con la que siempre es bueno contar, pero el trabajo, la constancia, perseverancia, puntualidad, prontitud, proactividad, paciencia, y otras cualidades respaldarán ese don divino. Eso era en el siglo XIX, en el XXI no ha cambiado, de allí la visión de Robert Louis Stevenson.