jueves, 30 de julio de 2009

Obama Inc.


Barry Libert y Rick Faulk escribieron el libro Obama, Inc., El éxito de una campaña de marketing, que como las obras de este tipo retoma aspectos de la campaña política más conocida y citada en la época moderna para hacerlos aprendizaje en el mundo de las empresas.

De ágil lectura, y de consejos prácticos, que no siempre funcionarán pues en la campaña política el contexto es importante, este texto contiene frases que se pueden aplicar tanto para la reflexión como para la vida laboral de cada uno:

“Si nuestros líderes no están dispuestos a defender el cambio y las nuevas ideas, nuestra economía no se recuperará nunca del actual colapso de los mercados financieros”.

Tema que ocupa el primer lugar en prácticamente todo el mundo en cuanto a preocupación se trata, economía y empleo como fuentes de opinión pública.

“Al no señalar a nadie, todos los asesores se sentirían responsables en parte, y todos se esforzarían más en la próxima ocasión”

Esto es reparte la culpa por igual, aunque sabemos que hay niveles de culpabilidad, si todos se sienten en deuda, todos habrán de trabajar más y mejor en la siguiente tarea.

“Lo que sugerimos es que, en su contacto diario con la gente, muestre que no se toma a sí mismo demasiado en serio, que está realmente interesado en escuchar los puntos de vista de los demás y que desea ayudarles a trabajar de todas las formas que pueda. Un poco de humildad de su parte puede hacer mucho por lograr una fuerza de trabajo cooperativa y entusiasta”.

Que el candidato sea uno más, sin dejar de ser la cabeza del proyecto. Que el jefe sepa ser jefe al entender lo que hacen sus colaboradores. Que el elector se sepa comprendido, y por eso vote.

“llegó a encarnar el cambio que prometía, y la gente creyó que con él el cambio sí se haría realidad”.

Obama era el cambio, sin embargo no perdamos de vista las bajas en los índices de popularidad que ha sufrido, pero entendamos que las cosas no son mágicas.

“Los líderes no pueden permitirse permanecer quietos ni defender lo estupendo que es el presente”.

Un líder debe tener mirada periférica y de largo alcance, no debe quedar estático, su función está en promover un ánimo de renovación, de cambio, de fortaleza.

“De hecho, las empresas ganadoras no se limitan a adaptarse, sino que se abren camino, son el cambio”.

Lo dicho. Con una mención más: no se espere una lectura de profundidad filosófica, no es la intención, pero sí una de aprendizaje en la materia.

martes, 28 de julio de 2009

El tiempo repentino

Las calles no son las mismas, cambian cada día, pero de ese detalle pocos se percatan. Así sus habitantes, de allí que los cronistas sean una especie en peligro de extinción en las grandes urbes. Y por supuesto que también de allí que sea un acto de celebración un libro como lo es El Tiempo repentino del periodista y narrador Héctor de Mauleón (México, 1963).

Dividido en cuatro secciones, este volumen pasa lista de presente a los acontecimientos que han dejado una huella colectiva en esta ciudad. El sueño colectivo, Horcas, patíbulos y guillotinas, Muertes y cataclismos, y La religión laica, son los cajones o ataúdes que coleccionan esos relatos que gran parte tiene que ver con un rastreo pertinaz en la hemeroteca, en la memoria de la capital, en esas páginas amarillentas que cuentan historias que de alguna forma nos han dado dirección.

Se dan cita los inicios de una tradición deportiva, las grandes glorias, los espacios de convivencias, los asesinos seriales, “En el catálogo de horrores que es la nota roja, cada crimen es considerado el más espantoso de los últimos tiempos”, por eso ahora con los cuerpos sin cabeza que han aparecido en el país, tal vez sean un recuerdo dentro de cien años que pinte como un hecho cotidiano tales acciones para quienes investiguen nuestra época.

Deportes como el futbol, la lucha libre y el box, tiñen de tono especial el libro, sobre todo gracias a sus glorias deportivas, en el caso del balompié, el análisis sociológico también tiene cabida: “En un país de la patada, el futbol se convirtió rápidamente en el deporte nacional”. En lo que respecta al deporte de los lances y las máscaras, es en quien le diera vida al personaje Black Shadow donde se depositan esos agrios sabores de lo que fue, y de lo que queda ahora convertido en un vendedor que quiere olvidar una gloria.

En el otro costado también conlleva el peso de las emociones que se juntan en lo que se denomina sociedad u opinión pública para los más avezados, y en el apartado dedicado a Raúl el Ratón Macías viene un remate que vale la pena su transcripción: “El júbilo sólo sería comparable a la conmoción que México habría de sufrir tres años más tarde, en 1957, cuando un terremoto hizo caer el Ángel de la Independencia, cuando Pedro Infante cayó del cielo con todo y avión, y cuando Alphonse Halimi acabó en sólo diez rounds con la carrera de Raúl Macías. Ese año trágico, en fin, en el que México iba a perder todos sus símbolos”.

Héctor de Mauleón ha demostrado con creces que es un gran narrador, baste los ejemplos de La perfecta espiral y Como nada en el mundo, allí recrea partes de un rompecabezas que ubica su escenografía en las mismas calles de esta urbe a la que hoy rinde un homenaje necesario aunque insuficiente, y qué bueno que sea así, pues siempre queda la esperanza de seguir hurgando en el pasado para darle más color a unas páginas sepias que de pronto nos dicen cómo fuimos, y lo mejor, cómo podemos ser.

El tiempo repentino es un libro de añoranzas y esperanza, que golpea esa parte que tenemos para sentir, que logra llevarnos en un viaje por una ciudad que desconocemos de tan propia que puede llegar a ser, y que le da un lugar especial, como debe de ser, a la historia que nos es común.

Héctor de Mauleón. El tiempo repentino, crónicas de la Ciudad de México en el siglo XX. Random House Mondadori y Ediciones Cal y Arena, México, 2008, pp. 252.

Texto aparecido en la revista Siempre¡