lunes, 11 de septiembre de 2017

Y pese a todo, ir gustoso a dar clases de literatura

A Dany, maestra Las noticias son el pan de cada día, desde primera hora, todavía no acabamos de abrir bien los ojos cuando ya estamos con el celular o la tableta; las portadas, las columnas, lo que vendrán en los noticieros de radio y tele tanto locales como nacionales, las tendencias en las redes, no importa si es hora centro, pacífico o el de la frontera, esto es algo de 24 por siete. Cada quien tiene su ritmo, sus lecturas obligadas, sus intereses particulares. Infieres que si lo escribió fulano, lo traerá también perengano: leer entre líneas. Cabezas amarillistas, algunas notas sin sustento, fotos de todo tipo, videos, audios, lo normal para quienes nos dedicamos de alguna u otra forma a la comunicación. En medio de notas (algunas ciertas y sustentadas pero también otras falsas o solo llenas a partir del rumor) que hablan de corrupción, de inseguridad, de inundaciones, de posibles conflictos, de desaprobación de autoridades, también hay otras que nos hacen pensar que no todo está perdido, un nuevo descubrimiento que mejore la salud o cure una enfermedad, un triunfo deportivo, un invento, un premio literario o un video que nos hace reír porque nos habla de cómo perdemos tiempo viendo videos. Justo a la mitad de todo esto llega la oportunidad de impartir una clase de literatura a un grupo de nivel universitario. Y lo agradezco. Hace algunos años que no piso esa cancha, no es lo mismo dar conferencias, talleres, charlas, encuentros, que inmiscuirme de nuevo a la disciplina de los horarios, los temas centrados, el plan de trabajo. El nervio viene porque uno se siente fuera de forma. Hay que agarrar ritmo. Aunque lo que bien se aprende (si es que se aprendió) no se olvida. Lo mejor que en este lapso que he venido planeando las clases tuve tiempo de desempolvar viejas lecturas, hacer relecturas necesarias, generar nuevas técnicas para ganar la atención del alumno, pues me dicen que hoy el profesor compite contra la distracción más fuerte que es el celular junto con la ignorancia, y quizá debamos sumar el deprecio por aprender. Recuerdo que no hace mucho, más de alguno tomaba (tomábamos) notas sobre lo visto en la clase, ya fuera un acontecimiento, fecha, frase, personaje o hasta de palabras que no conocíamos o autores que estábamos por conocer, anécdotas que los grandes maestros siempre compartían. Hoy la web ayuda a la inmediatez pero el daño colateral puede ser que cuando se tiene la respuesta de manera precisamente inmediata casi tan rápido se olvida si no se procesa, se guía, se lleva. Ese pues quizá sea el nuevo reto. Ya nadie llama por las tardes o noches en medio de reuniones a algún amigo que sabe más del tema para preguntar el nombre correcto de algún actor o pintor, el alcance del click erradicó esa vereda, pero abrió otras, la de la (poca) permanencia y pertenencia. Mis clases espero sean bien vistas por los alumnos, mi único deseo es que aprendan un poco más sobre una de mis pasiones que es leer. En parte también estás mismas sesiones serán un homenaje a mis maestros, obviando que a ellos se les deberá lo bueno, lo malo siempre debe ser solamente firmado por el autor.

Las encuestas de AMLO

Lo dijo de manera contundente Jesús Silva Herzog Márquez en un artículo reciente: “No deja de ser simpático que el grupo político que más ha hecho para denigrar la práctica demoscópica, busque fundar una decisión crucial en ese ejercicio técnico”, ello en relación a tema del partido político MORENA y su decisión en la Ciudad de México de que sea la delegada en Tlalpan, Claudia Sheinbaum quien dirija los trabajos (es decir sea su candidata para Jefa de Gobierno el año entrante). Y es que lo menos que uno puede pensar luego del proceso interno de ese instituto político, es en qué momento o que circunstancias cambiaron para que luego de descalificar las encuestas para tomar decisiones, ahora sea el as bajo la manga para solucionar al menos en primera instancia la candidatura del peleado Gobierno de la Ciudad de México. Es bueno el recuento. En cada proceso electoral presidencial donde ha participado Andrés Manuel López Obrador ha sido quien encabeza las preferencias en un cierto momento. Y por supuesto que cuando va en primer lugar no reclama ni descalifica. El trabajo técnico incluso recibe reconocimiento. Pero cuando las gráficas no le favorecen viene el reclamo, y por supuesto el mandar al diablo las instituciones pues. El estilo, genio y figura. El cree en sus encuestas, en sus resultados, y sus seguidores deben atender la instrucción en esa misma forma, no cabe espacio para el debate de ideas. Es simple cuestión de fe. Zygmunt Bauman en su libro “Retrotopía” señala: "En cuestiones de fe, la finalidad del debate no es la búsqueda de asentimiento, sino mostrar al adversario lo incurablemente sordo y ciego que es a《los hechos》y fatalmente adicto que se ha vuelto al prejuicio minucioso. Ese veredicto de malas intenciones hace que resulte superfluo probar la propia veracidad". El nacido en Macuspana, Tabasco sabe que sus decisiones hasta este momento eran tomadas como instrucciones, no se discutía, se pasaba a la operación. Quizá la doctrina de Andrés Manuel le alcance para ciertas cosas, como mantenerse en el liderazgo de MORENA hasta la candidatura, pero el sello característico de la toma de decisiones trae consecuencias. Para muestra las acciones que ya se están dando de parte del Delegado en Cuauhtémoc y exgobernador de Zacatecas Ricardo Monreal, quien ya se ha manifestado en diversas plataformas solicitando algo que le vendría bien al partido político: transparencia. Es una de las peticiones que hace la gente a sus gobiernos y gobernantes, procesos justos y limpios, veremos el resultado muy pronto, porque buena parte del resultado presidencial se juega en la capital, donde cada delegación tiene un peso específico.

El voto “anti”

¿Qué significa ser antisistema o antigobierno? De entrada, que se está en contra o al menos que no se está de acuerdo con las reglas actuales, o con quienes las ejecutan. Razones hay varias: desgaste natural, esperanza de algo diferente, líder emergente que llama la atención, desilusión con la clase gobernante de esa etapa. Pero también debe dejarse un espacio para las posibilidades que no rayan precisamente en la razón sino que son más bien emotivas. Así de esa forma, se puede estar en contra de un gobierno por una moda, es más, si no adopta esa postura probablemente quede fuera del círculo afectivo al cual se desea pertenecer o que ya se pertenece y corre el riesgo de quedar fuera. El voto “anti” tiene sus peculiaridades, tan es cierto que el impulso para ejecutar una acción puede venir de la esperanza como que también su fuente sea un malestar, y algunos resultados electorales recientes tienen tintes de que es en mayor medida por el grado de enojo que de satisfacción o esperanza por el que se están guiando. Esto es, tiene mayor peso el “pierde el que no quiero que gane”, y no ya, el “gana el que quiero que gane”. Paréntesis merecen el voto por la persona, o sea por el candidato que sin importar el partido, o en el caso de los independientes, son valorados por la ciudadanía y en ocasiones ganan sus elecciones. Allí existe esa excepción a la regla que sorprende o rompe. También puede entenderse el voto “anti” como el cierre de un ciclo que una sociedad expresa. Ejemplo, toda la vida gana un mismo partido, incluso los habitantes están contentos con el desempeño, ya sea del gobierno o de su gobernante, pero desean experimentar algo diferente, sin importar si es riesgoso o incluso un retroceso, simplemente desean algo distinto. Los antisistema tienen su fortaleza en la crítica abierta al sistema mismo, sin embargo parece que su ciclo de vida concluiría si la opción que ven como diferente accediera al poder, pues allí se volvería lo que se supone aborrece, o sea y de nuevo, sistema. La frase tan repetida: no es lo mismo ser oposición que gobierno, pero ahora en los hechos cobraría el peso justo, con una diferencia sustantiva, que esa nueva clase gobernante, al menos, sabe lo que piensan los antisistema, pues quizá en algún momento, también ellos lo fueron. En esta nueva realidad debemos preguntarnos también: ¿Quién sale ganando con todo esto?, es por demás obvio que muchos de estos grupos antisistema son patrocinados por una fuerza que le conviene que el gobierno en turno tenga estos y más problemas. El desgaste de unos siempre será benéfico para otros. Como señala Isidoro Cheresky en su libro El nuevo rostro de la democracia: “Desde las últimas décadas del siglo XX, en la vida cívica se ha registrado un cambio consistente en una acentuada desinstitucionalización y un debilitamiento de las identificaciones públicas en las que los ciudadanos se sentían representados. Los individuos no se reconocen predominantemente, como antaño, en identidades inmutables ni en organizaciones que los encuadren, y las numerosas instancias colectivas que surgen están signadas por vínculos distintos, efímeros y lejanos de la pertenencia tradicional”. Esto es, los sistemas actuales viven una nueva dinámica sobre todo en la relación de gobierno con ciudadanos, y esa fragmentación de paradigma conlleva novedosas estructuras, liderazgos emergentes, espacios diferentes a los de antaño. Un mosaico de posibilidades en un ajuste natural del comportamiento de individuos. La clave está en cómo lo lleva cada clase gobernante y cada grupo de gobernados.

109 MDP para Ciencia y Tecnología en Nayarit

Quizá no sea la mejor cabeza para un texto periodístico pero sin duda alguna llama la atención. En primer lugar por la cifra y en seguida por el destino al cual llegan. Aunque pensándolo bien no es el dinero, o mejor dicho no es nada más el dinero sino todo lo que representa. Hemos escuchado muchas veces que en lo que más deberían invertir los gobiernos es en educación. Y precisamente bajo esa filosofía es que por primera vez, de acuerdo a una nueva reglamentación, la política de manera directa, en este caso por “culpa” de los partidos políticos en las pasadas elecciones de junio 2017, le asignan a la ciencia y tecnología un presupuesto que de otra forma difícilmente se creería. Se remite al cinco de octubre de 2016 cuando en el Periódico Oficial del Estado de Nayarit fue pública una reforma al Título Décimo de la Ley Electoral del Estado de Nayarit (artículo 226) para tener efecto que los recursos generados por los castigos en época electoral se verán reflejados en ese rubro. Lo dijo hace poco en su espacio en redes sociales el maestro Abel Ortíz: son para Nayarit “$108.7 millones de pesos que serán el capital semilla en el ejercicio presupuestal 2018 para potencializarlos a través de paripasus y mezcla de recursos con los Fondos Mixtos, Fondos de Desarrollo Regional, Instituciones de Educación Superior y Centros de Investigación, hasta en un 400% pudiendo este esfuerzo traducirse en más de $400.0 MDP sentando un precedente histórico en esta materia”. En años recientes el gasto de inversión en el Consejo para la Ciencia y la Tecnología de Nayarit fue en 2015 de casi $4 MDP, en 2016 casi $5 MDP, y para 2017, casi $2 MDP. De allí el tamaño y la importancia de este recurso extraordinario que le llegará a este sector. Hay que seguirle la pista al dinero, de nadie es logro la gestión de los recursos, pero el beneficio en ciencia y tecnología debe ser una victoria cantada no nada más por los integrantes de ese gremio sino por toda una sociedad que pocas veces mira a ese mundo que camina a la par que su desarrollo pues allí se detonan buena parte de los instrumentos que utilizamos a diario sin saberlo a ciencia cierta. Además no podrán ser ejecutados en obras, sino más bien el becas, investigación y desarrollo, allí es donde veremos el alcance de este recurso, ojalá quien tome las riendas del Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología tenga capacidad e imaginación para sacar el mejor provecho de este recurso histórico.