martes, 22 de abril de 2008

Presión psicológica de la izquierda en el siglo XXI

Se le ve cansado, sus ojos son el reflejo de la situación por la que ahora está pasando; empleado de confianza en una delegación del sur de la ciudad con nombre de mujer, el año pasado ganaba sin ninguna prestación extra $10,000 pesos al mes, pero de ellos $4,000 regresaban a las personas que lo contrataron pues de algún lugar tenía que salir los fondos para solventar la Presidencia Legítima.

Este 2008 el balance económico lo dejó con el ceño fruncido, pues si bien ya no coopera con la causa, su salario fue reducido a $4,000 pesos, quizá sean los que entrega no de muy buen agrado otro empleado que está en una posición como la que él ocupaba meses antes. Por fortuna, dice él, no tiene hijos que mantener.

Sumado a este bajo salario tiene que cubrir cuotas en persona. Con la toma de las sedes del Poder Legislativo se tienen que organizar las áreas de las delegaciones gobernadas por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) para cubrir turnos nocturnos. A él le tocó en el Senado, en su caso, trabajador de Servicios Generales, fue el día miércoles para amanecer jueves. Allí les pasan tres veces listas de asistencia, en unos papeles que deben firmar: la primera es a las ocho de la noche, luego otro cercano la media noche, y una más a las 5 de la mañana, ya casi para irse a trabajar.

El no pasar lista no quiere decir que pierdan su empleo o que les reduzcan su paga de por sí baja, pero sí pone en riesgo su posible recontratación cuando concluya el actual contrato. Presión psicológica de la izquierda en el siglo XXI. Les dan una cena a cambio.
Aclaración: el pase de lista lo hacen (o hacen que lo hagan) como simpatizantes del PRD no como empleados delegacionales.

Su agenda personal se ve mancillada. Trabaja de lunes a domingo y no precisamente en las labores que en su oficina deberían hacer, por ejemplo, un domingo reciente tuvo que presentarse en el Zócalo capitalino para la asamblea de Andrés Manuel López Obrador, la vida social poco a poco se extingue, allí también hay pase de lista. El año pasado fue parte de los grupos que enviaron a Michoacán para hacer numerosos los mítines del hoy gobernador, entonces candidato, Leonel Godoy.

Viejas prácticas, movimientos sociales, resistencia pacífica, contratos a conveniencia. Y el recuerdo de la toma de Paseo de la Reforma se asoma entre los peatones. Los nombres y títulos son lo de menos, el exceso y abuso que realizan los mandos medios y superiores de las delegaciones gobernadas por el perredismo forma parte de un mosaico de acciones que si bien no son secretas sí pasan de manera discreta para no manchar la prístina tela de juicio de un frente social que parece debilitado, pese a recurrir a la presión psicológica para cubrir una mínima parte de sus mucho fines.

No hay comentarios: