lunes, 29 de abril de 2013

Nada

Perteneciente a lo que se conoce como literatura juvenil, aunque eso de las nomenclaturas se encuentra en constante debate pues los temas de los jóvenes se mueven día a día, llega la novela Nada, de Janne Teller (Dinamarca, 1964), escritora que ha ganado fama por esa extraña combinación de quienes admiran y publicitan su obra, y quienes la prohíben y le dan a su vez más fama de la que debería. Si bien la trama es por momentos lenta, toma ritmo y fuerza en la última parte. Va de un personaje central que está en contra de todo, el típico malasuerte de la escuela, máxime en un tema tan de moda, que no por ello deja de ser peligroso o alarmante como el bullying en países como México, esta novela retrata una parte de las problemáticas de los jóvenes en la etapa escolar, como lo es la falta de sentido en sus vidas, la nula esperanza de futuro. Ese que carga con la mayor responsabilidad de la trama se llama Pierre Anthon, quien desde la cima de un árbol manifiesta su disgusto con todo, la clave y es lo que comunica, es que “Nada importa, hace mucho que lo sé, así que no merece la pena hacer nada, eso acabo de describirlo”. La decepción total, el hartazgo ante la realidad, la combinación con factores como el familiar, y la coincidencia con la ausencia de anhelos. A partir de allí son algunos de sus compañeros quienes le harán ver que sí tiene sentido estar en este lado de la realidad, cada uno de ellos le hará una especie de ofrenda, donde colocan en juego algo simbólico para ellos, algo que significa mucho en sus vidas, y es precisamente la suma de eso lo que la autora llama “Significado”, lo que le da unión y pertenencia al grupo de jóvenes y a su vez, se vuelve la bandera para el traslado del mensaje. Lo de “Significado” es simplemente la suma material de los objetos que cada joven había llevado para decirle a Anthon que la vida valía la pena, y esos objetos juntos conformaban una masa amorfa que poco a poco fue cobrando fama y fortuna, a tal grado que fue catalogada como una obra de arte y llegó a venderse a buen precio. Allí es el giro final y quizá de mayor valor de la trama, allí entra en un nuevo ritmo, en el acto de venganza de Anthon, y en su desenlace fatal. Porque ante la algarabía de sus amigos (“Varios de nosotros estábamos contentos porque el montón de significado estaba a punto de ser completado”), él seguía ensimismado; mientras que ellos ya tenían claro el camino, y su autora de paso la moraleja en perfecta armonía (“¡Si renunciamos al significado, no nos queda nada!”), se da un paso seguro y de buen tránsito al pensamiento del lector atento (“El montón de significado empezaba a ser del dominio público”). El costo de la burla de Pierre Anthon ante el éxito del “Significado” fue su tumba, los demás no iban a dejar contaminarse, él fue declarado culpable por el mismo grupo, y en consecuencia tendrían ahora un mejor futuro. Si bien el espacio natural de esta novela está en el público adolescente, es de esos libros que por el cercano tema a la superación personal, deja un mensaje, una moraleja que funciona, sirve y transmite. El camino para ello es interesante, comienza en: “Y también descubrirás que la fama y el gran mundo están fuera de ti y que tu interior está vacío, y así será hagas lo que hagas”, y culmina en una innecesaria nota de la autora al final de la historia (¿para qué explicar en las mismas páginas el por qué escribes la obra?) donde deja en claro su inspiración: “La gente joven todavía está abierta a las grandes preguntas”. Nada es una buena opción para aquellos que siguen en ese entramado de la literatura juvenil, sin embargo no se culpe si el joven lector lo abandona al inicio, se comprende por la lentitud en la trama, pero si supera la mitad puede apostarse que lo terminará, el final en este caso vale la pena. Janne Teller, Nada. Seix Barral, México, 2011 (Segunda reimpresión 2013); 158 pp Texto aparecido en la Revista Siempre¡ del 3 de abril 2013

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