domingo, 4 de diciembre de 2011

La Biblia Vaquera

Cuando ganó el XXI Premio Nacional de Cuento Magdalena Mondragón en el año 2005 por la pieza “La Biblia Vaquera” y apareció como libro bajo el sello del Fondo Editorial Tierra Adentro en 2008 no tuvo los grandes reflectores que ameritaba, o tal vez muchos lectores no estábamos preparados para recibirlo. La lectura a final de cuentas es de gusto y momentos.

Luego su autor nos entregó La marrana negra de la literatura rosa en 2010 y fue allí cuando su confirmó de lo que hablaba en serio y que su material valía la pena.

El relanzamiento de La Biblia Vaquera en una editorial de mayor penetración y presencia en medios como lo es Sexto Piso hace que más lectores tengan esa oportunidad (primera o segunda) de encontrarse con unas páginas explosivas, originales, ruidosas.

Por principio de cuentas la estructura es tradicional, mas no así la narrativa. Todos cuentos, todas crónicas, todas canciones, la percepción al leer esta obra es similar a la que se vive cuando se escucha la radio en un transporte público, con mil escenarios, con mil reflejos, pero con algo que se vuelve adictivo, que ata a la narración, que comulga con una rapidez por el contagio y termina con la soledad del individuo que se baja en la siguiente esquina.
Pareciera que tiene fetiches y lugares comunes, tal vez las referencias hacen pensar eso, no en balde aparece sin quererlo del todo Valentín Elizalde, el también conocido como Pico de oro asesinado ídolo de la música grupera contemporánea, o la arena de lucha libre se transforma en un escenario de mil batallas arriba y abajo del ring.

Creando su propia atmósfera: PopStock, Carlos Velázquez nos habla de las cosas que entran por los ojos y los oídos, la música, los corridos, los reality shows, pero no ya en forma demostrativa, sino recurriendo al caso, a la vivencia del personaje que a su vez se vuelve trama, porque nunca se descubre del todo qué es la Biblia Vaquera, si un protagonista, un objeto, o el llavero de la buena suerte que carga siempre su autor.

Incrusta en las páginas temáticas contemporáneas como la droga o el narco (“Bien me lo decía mi madre, nunca confíes en un narco y menos en uno que de chiquito tuvo puras canicas de agua”), con pasajes históricos como un 2 de octubre moderno, a la par que transmite un divertimento muy bien logrado pocas veces visto, sin caer en el chiste barato y haciendo que el lector no se pierda en el mar de sus términos y lenguajes disímbolos.

La lucha libre es un pretexto y una referencia constante, el fantasma que atraviesa sus páginas es un luchador de nombre Espanto, quizá tomando como esa figura heroica que prepara el terreno de la sobrevivencia también para los demás personajes que se dan cita en esta peculiar obra.

Al leer La Biblia Vaquera, por momentos no se sabe si se está viendo una película (la referencia de El Día de la Bestia, filme de Alex de la Iglesia no sale sobrando más bien es una nota al pie de página), escuchando el radio, viendo pasar la vida en una esquina céntrica, o todo al mismo instante pues el continuo movimiento de sonidos y furia hace que reaccionemos de manera diferente.

Es un libro que tal vez no conmueve pero sin duda sí mueve. Incluso a manera de recomendación este volumen de Carlos Velázquez puede leerse teniendo como fondo musical a los Cadetes de Linares o al grupo Bronco, tal vez sea una experiencia digna de intentarse.

Carlos Velázquez, La Biblia Vaquera (Un triunfo del corrido sobre la lógica). Sexto Piso, México, 2011; 105 pp.

Texto aparecido en la revista Siempre!

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