martes, 25 de noviembre de 2008

El Auditorio Nacional de Fuentes

Anoche en el Auditorio Nacional tuvo lugar un evento más dentro del festejo del ochenta aniversario del gran escritor Carlos Fuentes. El músico Carlos Prieto abrió la velada con su magia al entonar tres piezas musicales. Luego vino lo más desagradable de la velada: una especie de diálogo entre los escritores Jorge Volpi y Pedro Ángel Palau, quienes conminaron a los asistentes a que fueran Ixca Cienfuegos, Laura Díaz, Artemio Cruz, con una segunda persona del plural que los hacía escapar de esa sugerencia, pues cómo iba a ser que integrantes de un movimiento cada vez más endeble como el “crack” se iba a integrar a un “fueramos” personajes de Fuentes, personajes del boom. Sumado a su pirotecnia verbal sin profundidad como aquella “victoria invicta” o escribir México con K.

Por su parte, luego de esa desafortunada introducción, Carlos Fuentes (quien se veía cansado e incluso tosió un par de veces, tal vez motivado por el excesivo aire acondicionado del recinto) habló de cómo escribió algunos de los sus libros, y lo hizo de manera notable, ágil, entretenido, divertido, leyendo fragmentos de Aura, Terra Nostra y La voluntad y la fortuna.

El gran escritor llenó la parte baja y lateral del coloso de Reforma, hizo gala de su poder de seducción al leer en voz alta (con entonaciones, cambios de ritmo, pausas adecuadas), enamoró con sus letras, con su manera de explicar las cosas, conferenciante de lucidez inmediata, Carlos Fuentes nos regaló un agradable momento que pocos, muy pocos, pueden presumir.

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