viernes, 10 de octubre de 2008

Sobre Propaganda de Bernays

Quizá lo traía en los genes por su tío Sigmund Freud, tal vez el ingenio le llegó por generación espontánea. Lo cierto es que Erward Bernays es un adelantado a su época, pero sobre todo un hombre que comparte sus conocimientos, sus experiencias, y nos hace ver cómo ya desde inicios del siglo XX se empezó a estructurar de manera metódica una de las actividades que el ser humano trae innata: la publicidad.

El comportamiento del ser humano es uno de los mayores alcances que pretenden los estudiosos, comprender el comportamiento del cerebro no es nada fácil. Por ello Bernays nos pone ejemplos bastante ‘aterrizados’ de cómo una buena campaña publicitaria puede hacer que cambiemos (quizá sin notarlo) hábitos o costumbres que antes ni si quiera se hubieran imaginado e incluso más de uno lo hubiese negado.

Cuál es la magia, dónde radica el éxito de una buena campaña de publicidad. No existe una fórmula como tal, se requiere conocer el contexto y el público al que va dirigido. Cómo, por ejemplo, a él le funcionó una campaña para vender cigarros en el sector femenino, cuando ese parecía ser un mundo de los caballeros. Hoy en día, esto sería diferente, con tanta reglamentación alrededor de ese producto.

Pero de eso trata la publicidad, de plantearse retos, pero sin olvidar que las cosas a veces son más simples de lo que imaginamos, baste recordar que lo simple en ocasiones lo volvemos complejo. Como lo dice nuestro autor:

“…la propaganda no es más que el establecimiento de relaciones recíprocas de comprensión entre un individuo y un grupo”.

Hagamos que el grupo entienda qué es y qué ofrece nuestro producto (en ámbito de comunicación política podemos hablar de candidato, partido, gobierno) y cómo éste les puede ayudar en sus vidas. Esto que parece sencillo es el gran trabajo que tenemos a diario muchas personas que trabajamos en la comunicación.

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